El delantero Santi Mina estará al menos tres semanas de baja por “una rotura fibrilar de grado I en el aductor mayor izquierdo”, mientras que el brasileño Rafinha Alcántara sufre un “edema óseo” en la zona distal del fémur izquierdo y trabajará con limitaciones “durante unos diez días”.
Ambos futbolistas se lesionaron en el último partido del Celta de Vigo contra el Betis en el Benito Villamarín, y se perderán, como mínimo, los dos próximos partidos ligueros contra Getafe, en Balaídos, y Barcelona, en el Camp Nou.
Para el choque contra el conjunto madrileño, Fran Escribá recupera al centrocampista Pape Cheikh, que no jugó en Sevilla al cumplir un partido de sanción por su expulsión frente a la Real Sociedad.
Por su parte, el crecimiento internacional de uno de los pilares del Getafe, Mauro Arambarri, es complicado por los cuatro mediocentros de la máxima confianza del seleccionador de Uruguay Óscar Tabárez, que tiene en las figuras de Vecino, Torreira, Valverde y Bentancur a su nómina favorita para la medular.
Arambarri, jornada tras jornada en la Liga española, rinde, desde hace dos temporadas, a un nivel excepcional. Fue uno de los culpables de la quinta posición que consiguió el Getafe el pasado curso con la que ahora disputa una competición europea por tercera vez en su historia.
Desde su llegada a España, en agosto de 2017 procedente del Girondins Burdeos, Arambarri convenció a su entrenador, José Bordalás, para convertirse en un fijo en las alineaciones del conjunto azulón. La simbiosis entre ambos es perfecta: el técnico del Getafe busca garra, pelea y calidad y Arambarri le da todo lo que quiere.
Y, ante el Granada, una de las sorpresas de la temporada en LaLiga, Arambarri de nuevo engrandeció su nombre.