Online: trampas, ratones deslizantes y miedo escénico
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Online: trampas, ratones deslizantes y miedo escénico

Online: trampas, ratones deslizantes y miedo escénico
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¿Se puede sentir miedo escénico compitiendo en la soledad de una habitación? ¿Un desliz manual puede costar la derrota en un deporte intelectual? ¿Es posible hacer trampas con el tablero a la vista? La respuesta es afirmativa en los tres casos, si se trata de ajedrez por internet.

El juego-ciencia, el único deporte reconocido por el COI que se puede practicar por internet sin merma de su calidad, ha experimentado un “boom” a partir de la pandemia. Cada día se juegan unos 40 millones de partidas en todo el mundo, contando solo las tres grandes plataformas (Chess.com, Chess24 y Lichess), y los practicantes han podido detectar algunas peculiaridades.

 

Completa soledad

David Martínez, director de chess24 en español, árbitro y entrenador, asegura que los jugadores de elite experimentan sensaciones desconocidas al jugar torneos importantes en casa frente al ordenador, en lugar de en la sala de juego con espectadores.

Todos los grandes acostumbran a jugar por internet, a veces en el más completo anonimato, a modo de entrenamiento, pero cuando lo hacen en torneos contra rivales de elite, todos hablan de “sensaciones extrañas, al principio”, revela Martínez, “Divis” en el mundo del ajedrez.

Magnus Carlsen, Fabiano Caruana, Ding Liren, el top-3 del mundo, de repente se ven con una cámara web enfrente, saben que hay miles de personas viéndolos, aunque ellos estén solos en casa, y que se están jugando dinero y prestigio.

En el reciente Magnus Carlsen Invitational (organizado por Chess24), recuerda Divis, a algunos les pasó factura en las primeras rondas. “Nos llamó la atención que al principio el nivel de juego fuera más bajo del esperado, pero en las últimas rondas fue altísimo, se produjo una adaptación muy rápida. Han aprendido a concentrarse y eligen el lugar adecuado de casa para jugar. Al final, el nivel es muy similar al del tablero real”.

“Es curioso. Los jugadores, no sé por qué, se ponen más nerviosos por internet que en una sala de juego. El propio Carlsen reconoció, en el reciente torneo que organizamos con su nombre, que se ponía muy nervioso”.

 

Sistema antitramposos

Una de las primeras preocupaciones de los organizadores de torneos por internet consiste en detectar ayudas externas mediante el recurso solapado a las computadoras. La revolución llegó en 1997 cuando Deep Blue venció al campeón mundial Garry Kaspárov. En la actualidad, programas informáticos como AlphaZero son imbatibles para los humanos.

Para evitar ayudas que sean ilegales, los jugadores por internet tienen una webcam apuntándoles, está conectados por medio de Zoom, tienen la obligación de compartir pantalla y a su espalda otra cámara comprueba que no hay nadie a su alrededor y graban el sonido para prevenir posibles apoyos verbales.

“Sabemos que los jugadores de elite no van a hacer trampas, porque tienen un nombre, una reputación que defender, pero todos agradecen estas medidas antitrampas”, afirma David Martínez.

Antes de un torneo, un jugador les planteó un problema que podía surgir en partidas rápidas online, que duran unos 40 minutos. “Yo bebo mucho té -les dijo-, ¿qué pasa si tengo que ir al baño? Se planteó el asunto a los otros jugadores y se llegó a un pacto de caballeros. Todos vieron normal, sin desconfiar, que alguien pudiera levantarse para ir al servicio”.

Pero ha habido incluso Grandes Maestros que han hecho trampas, pillados con las manos en la masa. Durante un torneo en Dubai, en 2015, al georgiano Gaioz Nigalidze le encontraron un teléfono celular en el baño y fue inhabilitado.

“Entre los aficionados las trampas son más frecuentes, y más cuando hay algo de dinero en juego, aunque sean 100 euros. Han aprendido a disimular sus trampas y eso complica el ajedrez online en el campo amateur”, reconoce.

 

Ratones deslizantes

Mouse slip. Así se define en inglés cuando, por falta de habilidad con el ratón, se deposita la pieza en una casilla distinta a la deseada, con efectos catastróficos.

“En la pantalla, entre una casilla y otra hay apenas un centímetro, y con los nervios se te puede ir el ratón. Le pasó el mes pasado a David Antón (Gran Maestro español) contra Peter Svidler. Fue gracioso porque el ruso se rió. Antón quedó casi perdido pero pudo salvar la partida”, recuerda Martínez.

Aquí también se abre una discusión ética sobre cuál debería ser el comportamiento cuando es evidente que al adversario se ha escapado el ratón, si tendría que ofrecer tablas en aras del juego limpio, pero Divis piensa que “el error mecánico hay que admitirlo como parte del deporte online”.

 

Festejar victorias

El ajedrez online ha traído novedades también en materia de celebraciones y reacciones de los jugadores tras cometer un error.

“El ajedrez no es fútbol, cuando ganas no celebras, le das la mano al rival, y cuando cometes un error no gesticulas, con la esperanza de que el rival no lo detecte, pero por internet los jugadores, en su casa, donde no te observa el adversario, se sienten con libertad para dar rienda suelta a sus expresiones”.

En el reciente torneo Magnus Carlsen, se pudo ver al holandés Anish Giri, habitualmente bastante soso, bailando tras su victoria.

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