El murciano ganó la carrera por delante del francés Romain Bardet, el canadiense Michael Woods y el holandés Tom Dumoulin, que entraron con él, pero a su rueda, en la meta.
‘El Bala’ sumó así su séptima medalla mundialista y sucede en el palmarés al eslovaco Peter Sagan, vencedor en las tres ediciones anteriores.
Valverde añade este oro –el cuarto español que lo consigue tras Abraham Olano, Igor Astaloa e Oscar Freire, que logró tres– a las platas de Hamilton 2003 y Madrid 2005 y los bronces de Salzburgo 2006, Valkenburg 2012, Florencia 2013 y Ponferrada 2014.
La carrera, como se esperaba, se jugó en la pared de Gramartboden, un muro de 2.800 metros al 11,5% de desnivel y rampas de hasta el 28, con la cima a unos 10 kms de meta.
A su inicio llegó el danés Michael Valgren con medio minuto sobre el grupo cabecero. Pero un ataque francés, con España parecía que un poco descolocada, dejó un sexteto por delante con tres de los suyos: Bardet, Julian Alaphilippe y Thibaut Pinot, el italiano Gianni Moscon, Woods y Valverde, que cazó a Valgren.
Cedió Pinot y después Alaphilipe y Moscon para dejar un trío en cabeza al pasar por la cima, donde se empezó a mover Valverde y donde amenazaba ya Dumoulin, subiendo el terrible muro en zig-zag pero con mucha fuerza. El holandés cazó tras la bajada a 1,6 kms de meta y ello le dejó sin fuerza en el sprint a cuatro.
Sin perdón
En ese sprint, toda la responsabilidad fue para el español, que fue siempre por delante pasada la pancarta de 1 km. El murciano tapó su derecha, vigiló izquierda y esperó su distancia para arrancar a 300 metros y pasar claramente por delante por la línea de llegada. Una victoria que premia su carrera deportiva y el rendimiento de una selección española que siempre estuvo donde debió y apenas mostró debilidad al inicio de la subida final. Pero ahí ya era cosa de Valverde y el murciano no falló. Jon Izagirre, undécimo, y Mikel Nieve, decimotercero, demostraron la fuerza del grupo.
Si la pared de Gramartboden fue el sitio donde se jugó la carrera, la subida encargada de madurar las piernas de los corredores, y donde fueron cediendo favoritos como Simon Yates, Vincenzo Nibali o Miguel Ángel López, fue la Igls, de 7,9 kms al 5,7% y tramos hasta el 10, que se tuvo que superar siete veces en los 258,5 kms.
Casi toda la prueba estuvo marcada por una fuga nada más comenzar de 11 cciclistas de equipos de segundo nivel. Los que más aguantaron fueron el danés Kasper Asgreen y el noruego Vegard Stake Laengen, que aguantaron hasta que restaban 22 kms.
Escapada permitida
La escapada llegó a contar con 19 minutos de ventaja, cunado se pusieron a trabajar Austria, Eslovenia, Francia y la Gran Bretaña de unos gemelos Yates que no aparecieron. Luego, mucha actividad de Italia y Holanda subiendo Igls, y el ataque definitivo de Francia que no pudo con Valverde.
El líder de España remató su día soñado y puso el mejor colofón posible a una carrera tan longeva como exitosa con su éxito más emocionante: el que le ha dado su oro más buscado y deseado. El que tiene como premio añadido vestir el maillot arco iris el próximo año, cuando cumplirá los 39.