“Pedro estaba en el Betis cuando yo llegué, me recibió con los brazos abiertos y aquí, aunque fuera solo con un mes y pico de diferencia, pues ha sido al revés”, relata Dani Giménez, titular indiscutible en los planes de Natxo González, el único de la plantilla que ha estado todos los minutos en el terreno de juego.
El reencuentro entre los guardametas fue una “casualidad”, pero lo cierto es que Dani Giménez influyó en la incorporación de Pedro algo más de lo que cuenta. “No he tenido nada que ver, nada, pero, si me llegan a haber preguntado, hubiera dicho que lo firmaran. Tienen una competencia muy buena entre Álex (Cobo) y él y eso es bueno para el club, incluso para el futuro”, indica.
Aunque Dani apenas llevaba unas semanas en el equipo herculino cuando llegó Pedro, le puso al día. “Me llamó para comentarme el interés de aquí y me ha ayudado bastante desde que vine al Depor. El fútbol te lleva de un lado a otro y tienes suerte de coincidir con buenas personas”, asegura el arquero del filial, que recibió los consejos del guardameta del primer equipo. “Me informó del club y la ciudad y algo ha ayudado a que viniera”, sostiene.
Coincidieron cuatro temporadas en el Betis, al que Pedro llegó siendo cadete. Ahora, comparten horas de trabajo en el Deportivo. “Es casualidad, cosas que pasan en el fútbol. Yo estoy encantado”, relata Giménez. “Tenemos una relación muy buena y siempre intento aportarle un granito de arena para que él vaya para arriba. El año pasado jugó en Primera después de mi lesión y lo hizo muy bien, estuvo a buen nivel y ahora están en una situación complicada en el Fabril pero seguro que van a tirar para arriba”, apostilla.
Con el Betis, Dani solo disputó diez partidos de Liga, cuatro de ellos la temporada pasada. Le dio el relevo a Adán y se lesionó ante el Atlético de Madrid. “Fue una putada, pero no me quejo. Estoy aquí y no pensaba que podría venir al Depor. Seguro que esos cuatro partidos sirvieron para eso también”, precisa Dani, que recuerda aquel cambio en la portería bética. “El relevo fue muy tranquilo, sabíamos que Pedro el juego de pies lo domina muy bien porque en el Betis B también jugaban con ese estilo. Así que lo resolvió súper bien. Hizo muy buenos partidos y tuvo la mala suerte de que el equipo quizás en esos encuentros se relajó un poco, no estuvo igual que en los anteriores y encajamos un poco más que en los que estuve yo, que hicimos cuatro con la portería a cero”, rememora el guardameta de la primera plantilla.
Pedro, que ya había debutado con el Betis en Primera en mayo de 2014 con 19 años, mantuvo la puerta a cero en aquel encuentro ante el Atlético en el Wanda Metropolitano y disputó los cuatro últimos del campeonato.
“Jugaba con el Betis Deportivo y estaba de tercer portero en el primer equipo, tuvieron la mala suerte de lesionarse Antonio (Adán) y Dani y de coincidir en el tiempo y tuve la suerte de poder jugar con el primer equipo sustituyéndole contra el Atlético. La vida del portero es mucho más complicada que la de un jugador pero tiene estas cosas, años en que no se lesiona nadie, y otros en que se lesionan los dos a la vez y hay que estar preparado”, advierte el guardameta del Fabril, que afronta esta temporada con la misma filosofía: “Tengo el mismo rol que allí y hay que estar preparado para cuando te llegue la oportunidad”.
En el fútbol, los cambios de equipo son frecuentes, aunque el hecho de que coincidan dos y en el mismo puesto y con idéntico destino es más extraño.
“Somos muchos, pero es verdad que luego hay compañeros con los que coincides muchos años y él es uno de ellos”, dice el titular del primer equipo, que confía plenamente en la cantera. “El filial tiene muy buenos porteros. También está Francis, que hizo un gran partido contra el Málaga. Es importante que la gente de la cantera, no solo los porteros, sume, y que cada vez que suban toquen la puerta del primer equipo con fuerza”, señala.
Pedro devuelve los elogios. Recuerda cuando conoció a Dani Giménez: “Yo llevaba en el Betis desde los 15 años y el llegó hace cuatro y yo estaba en el primer equipo con Adán”.
“Es una alegría volver a encontrarnos y siempre hemos tenido muy buena relación. Es un tío muy cercano, muy bromista y siempre intenta ayudar. Yo soy un portero joven, él ya tiene su veteranía, su recorrido y sabe más de esto que yo. Siempre te da consejos. Es bueno escucharlos”, reconoce el guardameta del segundo equipo.
Después de las bromas que supuso el reencuentro, en el día a día en la Ciudad Deportiva de Abegondo la relación “ya está más normalizada”, tal y como apunta Dani Giménez.
Entre ellos y Adriá Ortolá siempre hay cachondeo y apuestas. “Hacemos mucha competición, contamos goles para apostar y luego ir a comer juntos.
Tenemos ese pique sano que te da confianza. Es bueno porque todo eso ayuda”, explica el portero vigués, que ha logrado cerrar el debate que hubo en la meta blanquiazul en las últimas temporadas en Primera División.