Los números no mienten y los del Deportivo invitan al pesimismo. Más colista que nunca, a ocho puntos de la salvación, con 12 en su casillero, el actual preparador, Luis César Sampedro, solo ha conseguido cuatro puntos, producto del mismo número de empates, en nueve jornadas.
El preparador ha empeorado los números de su antecesor en el cargo, Juan Antonio Anquela. El jienense en 10 partidos logró ocho puntos, tras una victoria y cinco tablas, tras los que fue cesado.
Ninguna victoria, lo que ha puesto en la cuerda floja al técnico arousano. Esa diana del entrenador, de la que él hablaba tras el encuentro del Real Zaragoza, está creciendo. La historia del fútbol, asume el preparador, que admitía en rueda de prensa que no esperaba verse en estas circunstancias a estas alturas.
Nunca, en todas las temporadas que llevan entrenando entre Primera y Segunda y Segunda B (18 sin contar la actual) le había ocurrido empezar de manera similar. Sí que padeció que hasta en cuatro cursos la victoria se le resistiese hasta la jornada cuatro.
Lo sufrió con el Racing de Ferrol, en la campaña 2000-01, en la 2007-08, cuando dirigía al Poli Ejido, en la 2014-15 con el Albacete y con el CD Lugo en la 2016-17.
Si lo comparamos con otros técnicos que han pasado por el Deportivo, y han sido muchos en las últimas tres temporadas, sus números son peores. Ya superó, en registros negativos, casos como el de Clarende Seedorf, que llegó en la 2017-18 como último revulsivo para evitar el descenso a Segunda división.
Superando a Seedorf
El exjugador madridista tardó ocho partidos en ganar, tras empates con Espanyol, Eibar y Las Palmas, y derrotas frente a Betis, Alavés, Getafe, Girona y Atlético de Madrid.
Al noveno partido se impuso al Málaga (3-2) y al siguiente Athletic (2-3), pero ese arreón no sirvió para evitar que al final se consumase el desastre. La situación, como él mismo reconocía, es crítica y urge encontrar una solución, que pasa sobre todo por volver a sumar de tres.
De lo contrario, no se vería solo comprometido el futuro del Deportivo, que ya es muy negro, si no que podría estarlo también el porvenir del propio Luis César.
