El Huesca es el escollo que tiene que sortear el Deportivo para conseguir que Pablo Insua vuelva a casa cedido por el Schalke 04 alemán.

El Deportivo ya intentó en el pasado fichar al defensa de Arzúa, que en el conjunto coruñés destacó con Fernando Vázquez como entrenador, pero entonces el Huesca pujó mucho más fuerte que él para incorporar a un jugador que, en aquel momento, todavía se recuperaba de la grave lesión de rodilla que había sufrido la temporada pasada precisamente con el conjunto oscense en Primera División.

Insua está muy por la labor de ayudar al Deportivo a lograr la permanencia en Primera División y, además, en el Huesca no está teniendo un rol principal, aunque ahora que se encuentra plenamente restablecido de su lesión, el equipo altoaragonés es reticente a abrirle la puerta. 

El defensa no ha tenido minutos aún en Liga, pero sí jugó la eliminatoria de Copa del Rey con el Laredo, fue titular y prácticamente completó los 90 minutos del encuentro que acabó con victoria por la mínima del cuadro que entrena Míchel Sánchez. El choque copero se celebró el pasado 19 de diciembre, dejó buenas sensaciones en el terreno de juego y también las transmite en los entrenamientos.

Su amor por el Deportivo está por encima de las circunstancias económicas, pero las condiciones que tiene en el Huesca poco se parecen a las de A Coruña, donde se le ofrece un contrato modesto, dadas las circunstancias actuales.

Eso sí, de su relación contractual con los oscenses, una parte importante de la nómina está relacionada con la prima de ascenso que percibiría en caso de que el equipo suba a Primera División. De que el jugador entre en el reparto de esa prima aunque salga del equipo en el mercado invernal depende también la decisión final. En todo caso, su fichaje es una prioridad y hay cierto optimismo respecto a que se consiga fraguar en la ventana actual.

Carrera de obstáculos
Insua debutó con el primer equipo del Depor en la élite en la temporada 2012-13 con Oltra como entrenador, aunque la continuidad le llegó de la mano de Fernando Vázquez, con el que ahora se reencontraría en el Deportivo.

Jugó 39 partidos el año del ascenso y en Primera disputó otros 17 antes de su primera cesión, al Leganés. Con los pepineros también logró el ascenso a la máxima categoría en 2016 y tuvo protagonismo el siguiente curso. Eso le valió su traspaso al Schalke. Allí, sin embargo, sufrió una pleuresia que le afectó al pericardio y la temporada pasada se rompió el cruzado en Huesca.