Se acaba el año, el Deportivo sigue líder, pero está aún en proceso de encontrarse. Ramalazos de buen juego y combinaciones, aunque poca profundidad, se vio en Pasarón. Con muy poco volvieron a marcar los herculinos, pero el triunfo les duró un suspiro.
Una contra endiablada, de esas que les gusta a los granates, que matan a bocajarro, en dos pases. Un partido en el que durante muchos minutos ambos contendientes estuvieron más preocupados de no tirar en exceso de la manta y destaparse. El gol encendió la llama de los locales y la doble expulsión de Lara y Charles supuso la firma del armisticio.
Demasiado en juego para buscar el triunfo y dejar un punto por el camino. El respeto era mutuo y hasta en una de las últimas contras, que tuvo el Depor, se vio a los coruñeses dubitativos, bien es cierto que terminar con Mujaid en el área rival parecía forzado.
El central, protagonista y diana de nuevo de comportamientos inadecuados, según relató el propio Vázquez, lo que supuso que el técnico se girase varias veces hacia la grada.
Unos hechos, aislados pero que existieron, y que ya habían acontecido en el choque en el Luis Ramos ante el Guijuelo. Queda un partido, el encuentro ante el Celta B, antes del parón por el mercado de invierno, una ventana para fichar y una opción de incorporar nuevas piezas que el técnico no vería con malos ojos, a tenor de lo que dijo en la rueda de prensa postpartido, aunque no desveló en qué demarcación querría refuerzos.
A veces cuentan más los silencios que el verbo y el preparador es plenamente consciente de que, muchas veces, la mejor palabra es la que está por decir.
Mientras tanto, el Deportivo sigue a la espera de su mejor versión, buscando el camino, mientras no deja de andar, de momento, mirando al resto de perseguidores por el retrovisor y vigilando de reojo, al mismo tiempo, al otro grupo.
