Al palo largo (2)
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17º-23º

Al palo largo (2)


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En mi opinión, este concepto se utiliza, voluntaria o involuntariamente, mal en dos sentidos principalmente: el primero es que es considerado sólo en el plano ofensivo del juego y el segundo es el que lo relaciona con la desidia, el no esfuerzo e, incluso, el pasotismo. 


En relación al primero; creo que tod@s, en mayor o menor medida, coincidiríamos en varias de las características que un jugador talentoso (en la concepción únicamente ofensiva) debe aglutinar; como podrían ser: gran calidad técnica, imaginativo, determinante... Sin embargo, considero que debemos fijarnos también en la otra vertiente del juego; la defensiva. Así como para la ofensiva lo más probable es que coincidiésemos en muchas de las supuestas características; en la defensiva, pienso que sucedería tres cuartos de lo mismo. Por lo tanto, un jugador con talento defensivo podría ser, por ejemplo, el que tuviese la capacidad para resolver correctamente situaciones defensivas sin realizar falta; el que elige el mejor principio defensivo en función de cada contexto (entrada, anticipación, temporización…); el que es infranqueables en el 1 contra 1; el que 'está' en el sitio correcto, antes de que llegue el balón-rival, en lugar de 'llegar'… En definitiva; tomar, con mucha frecuencia, la mejor decisión (defensiva). 


Entiendo que para la mayoría de nosotr@s es mucho más vistoso, espectacular y atractivo el talento ofensivo que el defensivo. Pero, también creo que la idiosincrasia del deporte y el país en el que vivimos condicionan mucho dicha elección o preferencia. En otros países, como Inglaterra, se valora tanto el talento defensivo como el ofensivo de los jugadores. También en deportes, como el baloncesto, especialmente en la NBA, cuando un jugador-equipo defensor es capaz de agotar el tiempo de posesión del rival sin dejarle tirar a canasta todo el público aplaude, con la misma fuerza y alegría, como si se hubiese realizado una gran jugada que acabase en una bonita canasta. Para las dos opciones se necesita, indudablemente, talento; tan sólo es cuestión de preferencia, gusto, idiosincrasia…


Relacionando lo que acabamos de comentar con el fútbol ¿Alguien se atrevería a decir que Puyol no tenía talento (defensivo)? Un jugador que era infranqueable en el 1 contra 1, que robaba cometiendo poquísimas faltas, que estaba siempre en el sitio correcto debido a su gran concentración los 90 minutos… un jugador que rondó los 600 partidos como blaugrana con tan sólo 3 expulsiones… Del central catalán Guardiola llegó a decir: “Me enseñó el placer de disfrutar defendiendo. Para esto también se ha de tener un talento. No es sencillo disfrutar defendiendo y él es el exponente más grande de esto. Se ha de tener mucha capacidad y calidad defensiva para esto y además, Puyol es muy inteligente en los conceptos tácticos». 


En relación al segundo sentido en el que se degrada el concepto he de decir que es de forma voluntaria principalmente y, por lo tanto, no condicionado o dependiente de cuestiones culturales, idiosincrásicas o atávicas. Es el propio jugador, al que alguien en algún momento lo denomina como talentoso, el que malinterpreta el concepto de una forma 'peligrosa'. Usa el concepto en 'su favor' (siendo, en realidad, todo lo contrario) para argumentar y justificar, ante los demás y sí mismo, su comportamiento y actitud. Este jugador cree y piensa que no necesita entrenar tanto o, por lo menos, al mismo ritmo/intensidad/concentración… que sus compañeros. Además, piensa que el talento que tiene “le llega”; él se mete en su propio personaje, que termina devorándolo, y asegura que no tiene ni necesita correr para jugar al fútbol porque él ¡tiene talento! En relación a este último punto, que no necesita correr, dichos jugadores encuentran uno de sus sustentos fundamentales en los famosos, tergiversables y tan de moda datos estadísticos. Éstos los utilizan los jugadores, a su antojo y de forma selectiva; tómese como ejemplo los famosos 8 kilómetros que corre Messi en un partido; la terminamos de liar! A estos jugadores se les podría decir que Messi es “la excepción que confirma la regla”; para él la distancia recorrida no importa ni vale como referencia de nada. Pueden acusarme de que me contradigo pero entiéndanme, sólo lo hago con él, que él no corra como el resto, para hacer lo que hace y cómo lo hace, me parece 'normal'. Él encuadra perfectamente en la definición que propone la RAE y que vimos al principio: “Persona inteligente o apta para determinada ocupación”. Él es el más inteligente; se pasa todo el partido pensando (más y mejor que nadie) sobre el terreno de juego consiguiendo así ver todo antes que el resto, viendo cosas-pases que el resto no ven, encontrando el espacio adecuado siempre, detectando los puntos débiles del rival y, por tanto, ajustando así dónde debe actuar-colocarse… Todo eso NO lo puede hacer corriendo, necesita pararse bastante para hacerlo. Además de ser inteligente cumple la segunda parte o supuesto de dicha definición; es apto. Lo es porque no sólo es capaz de ver, analizar e interpretar lo que ve, sino que, luego a la hora de ejecutar lo hace perfecto, ¡es talento puro!


Por último, permítanme la licencia de darles una idea por si alguna vez uno de esos jugadores 'talentosos' les va con 'la milonga de los 8 kilómetros de Messi' pregúntenle: ¿juegas o haces lo que hace él? ¿Tienes su talento?

Besos y abrazos para todos/as.

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