De pequeña y de mayor, Mónica Martínez (Zas, 1972) mantiene la misma energía. Licenciada en Filología Inglesa, se dedicó al mundo de la comunicación deportiva, siendo una cara conocida tanto en la Televisión de Galicia como en Antena 3, donde vivió los mejores años del Deportivo y cubrió algunos de sus grandes éxitos, como la Liga. Años más tarde se pasó a la política y fue concejala de Deportes de A Coruña durante dos años en los que además, reconectó con su faceta más deportiva no solo en la teoría, sino en la práctica, convirtiéndose en una de las asiduas en las carreras populares de la ciudad. Por su cincuenta cumpleaños, Mónica Martínez se regaló dos medios maratones. Correr es el deporte que más le engancha, aunque está probando el golf. De pequeña, no de forma federada, jugaba un poco a todo: baloncesto, balonmano, tenis... Un torbellino de energía.
Ha vivido el deporte desde dentro y desde fuera. ¿Desde cuándo le viene la afición?
Mónica pequeña, igual que Mónica grande, siempre fue hiperactiva, no podía estar quieta. Deporte como tal no hice más allá del balonmano y el baloncesto en el colegio, donde también corría, que es el deporte que sigo haciendo a día de hoy. Siempre estaba en movimiento y cuando los fines de semana nos íbamos a la aldea, siempre estaba jugando con los niños a lo que fuese, al fútbol, al tenis...
¿Por qué nunca compitió?
Creo que era precisamente por ir a la aldea todos los fines de semana, me tiraba más el ir para allá, la necesidad de estar con mis abuelos. No lo había pensado nunca, pero me estoy dando cuenta ahora de que fue realmente por eso.
¿Lo fue dejando?
Nunca lo dejé, pero sí que es cierto que hice la carrera, después vino el máster, después ya empecé a trabajar, me fui a Madrid... No tenía mucho tiempo para hacer deporte. Quizás en estos últimos años, y sobre todo coincidiendo con la etapa de la concejalía, fue cuando más fuerte y más en serio retomé el deporte, con correr con la gente de Marines. Rocío (Alfonso) fue la gran impulsora de lo que llegué a conseguir, que a día de hoy aún no me creo que haya corrido dos medias maratones en 15 días y con 50 años. Lo retomé sobre todo por salud. Porque te vas dando cuenta de que a medida que pasan los años es necesario hacer deporte para mantenerte activa física y mentalmente. Y el deporte cura.
"Aún no me creo que haya corrido dos medias maratones en 15 días y con 50 años"
Es paradójico porque cansa pero te da más energía.
Totalmente. Lo comprobé. Me liberaba los problemas de la cabeza. El beneficio psicológico de hacer deporte me llegó a parecer necesario, me obligaba a hacerlo, porque aunque estuviese cansada, ya que al final el día a día nos come, el bien que me producía a la cabeza para luego darme más energía para seguir fue como una adicción, una adicción positiva.
¿Todavía está a tiempo de practicar nuevos deportes?
Cada época, cada etapa de la vida, estás más predispuesta para uno u otro deporte. Ahora, por ejemplo, estoy intentando jugar al golf, que al final caminas y haces unos cuantos kilómetros en cada recorrido. A lo mejor ya parezco mayor con estas reflexiones, pero creo que sí que, por lo menos en mi caso, en cada etapa me fue interesando más uno u otro.
¿Y como aficionada?
Ahora mismo estoy emocionadísima con el básquet, porque me hace recordar la etapa de la adolescencia. Desde mi etapa en la concejalía me volví a enganchar al baloncesto y al hockey, pero en el hockey me pasa que sufro muchísimo por los golpes. Yo he sido muy futbolera, era de las que me pegaba a la televisión e iba de campo en campo, pero ahora no soy capaz de ver un partido de fútbol entero.
"Creo firmemene en Epi. Lo ves y dices, con este tío va a salir bien, seguro"
¿Confía en la permanencia del Leyma en la ACB?
Creo firmemente en Epi. La filosofía, su forma de ser, cómo gestiona el equipo... Lo ves y dices, con este tío va a salir bien, seguro. El factor humano. Lo vimos la temporada pasada. Cómo manejó el vestuario. Tiene mucha empatía con los jugadores. Los deportistas tienen sus egos, gobernar eso me parece dificilísimo y creo que Epi tiene un don para ello. El día del primer partido en el Coliseum lloré de la emoción. Estar allí, ver ese ambiente, tu equipo contra el Real Madrid… Grité tanto, salté tanto, lloré tanto, fui tan feliz aquel día, ese primer día, que dije: Tenemos equipo para quedarnos en la ACB.
Ese factor humano del que habla, ¿fue lo que más le sorprendió del deporte coruñés en su paso por la concejalía?
Amante del deporte como soy, fue una gran sorpresa conocer de primera mano el potencial deportivo y humano que tiene esta ciudad. Hay gente tan implicada… Haber descubierto a esa gente, poder hablar con ellos, poder ayudarlos en lo que fuese, estar cerca de ellos para facilitarles el día a día, fue lo más maravilloso de esa etapa.
¿Y lo más frustrante, las instalaciones?
Estando allí es muy frustrante escuchar todas las necesidades. No solo escucharlas, verlas. Porque si una cosa hice en esos dos años fue ir a todo. Y yo misma me frustraba y sentía impotencia porque no se puede hacer todo lo que se necesita... Esto es un trabajo de años, evidentemente. El deporte ha crecido a un nivel muy alto y las instalaciones se han quedado escasas. Se puede hacer más.
¿A quién le daría una medalla?
A Ferenc Szabo, además se va a jubilar. La cantidad de niños que sacó de situaciones difíciles para convertirlos en campeones... Se merece todo. Otra a Lendoiro. La ciudad y el mundo del fútbol le deben un gran homenaje por todo lo que nos ha dado a muchas generaciones y que perdurará para la historia. Y a una persona anónima, Rocío Alfonso, de Marines, líder de un ejército de deportistas y sacrificada por una familia.