No hacer los deberes llevó al Deportivo a Castalia como cuarto clasificado del grupo I de Primera Federación y con el factor campo perdido. Allí, en Castellón, acabó la temporada con un partido esperpéntico y traumático. Como la alegría va por barrios, los aficionados locales celebraron el pase de su equipo a la final por el ascenso que hoy vivirá su primer capítulo con el Alcorcón, de nuevo en el escenario del partido en el que el Depor la pifió. Hay que saber perder y saber ganar. El Depor y el deportivismo saben un rato de lo uno y lo otro (en los últimos años, sobre todo, la cruz), pero también hay aficionados del Castellón como Diego Barrachina que pueden presumir de esa virtud. Su historia es especial y el Deportivo forma parte de ella.
Hace siete años, Diego, que tiene una minusvalía de un 65 por ciento de capacidad psíquica, se desplazó a Villarreal para encontrarse, en la concentración del Deportivo, con Jonás Gutiérrez, entonces jugador blanquiazul, que le entregó su camiseta tras leer una emotiva carta en la que el protagonista de esta historia le contaba todas las zancadillas que le había puesto el destino. “He tenido una vida muy dura y muy difícil”, le decía. Sufrió acoso escolar, sufrió acoso escolar y cuidó a su madre después de que ella sufriera un derrame cerebral en 2004. Le fascinan las novelas, los cuentos y los periódicos deportivos, como este. Con la eliminación del Depor en Castellón, Diego se acordó del equipo coruñés y de sus seguidores, que, como él, están teniendo que superar muchas adversidades.
“Me alegré mucho y me emocioné por el pase a la final por el ascenso, pero por otra parte estoy triste por el Deportivo y su afición porque os tengo mucho aprecio y mucho cariño”, afirma Diego.
No solo tiene aquella camiseta que Jonás le regaló y dedicó. También guarda otra que le entregó Manuel Pablo.
Diego avisa que la temporada 2023-24 será “muy complicada” en Primera Federación con equipos como el Málaga, el Recreativo o el Córdoba.
“Pero tenéis una gran afición, que ha sido un ejemplo en toda España”, reconoce.
Una afición que, añade, “nunca abandona a su equipo. Ojalá el año que viene el Deportivo vuelva al fútbol profesional”, desea.
Ese fútbol del que, dice, “no tenía que haber bajado en 2020”, y recuerda lo que “perjudicó” al Deportivo el brote de Covid del Fuenlabrada y el hecho de que solo se aplazara el partido de Riazor en una jornada que debió haberse celebrado en horario unificado. “A día de hoy no ha habido justicia en ese caso. Perjudicó claramente a toda una ciudad, A Coruña, un club, el Deportivo, y a toda una gran afición”, sostiene Barrachina, que espera el ascenso de los coruñeses y el del Castellón.
