No pudo ser. Un día gris y lluvioso rebajó las expectativas de Jon Rahm en su intento de remontada. Brian Harman, líder sólido desde el segundo día del torneo, las desterró. En el último recorrido al ‘links’ del Royal Liverpool Club, el estadounidense de 26 años conquistó el primer ‘major’ de su carrera: el Open Championship.
El español acabó el domingo tal y como lo empezó, a seis golpes de Harman (-7 por -13), que mantuvo a raya a todos sus rivales con un juego muy sólido. Cierto es que la defensa fue menos complicada por el viento y la lluvia, freno para los ataques. Sólo 23 de los 76 supervivientes del corte jugaron por debajo del par. Y únicamente seis mejoraron el -3.
Y eso que Harman tardó cinco hoyos en controlar sus nervios y sus dudas. Cometió dos bogeys, en el 2 y en el 5, que abrieron una ventana para los aspirantes. De un plumazo, como el sábado, con dos birdies consecutivos en el 6 y en el 7, el estadounidense recuperó el tino.
El campeón mostró una lección de temple alrededor del ‘green’ y con el ‘putter’ y un carácter de competidor que ya se adivinaba con su fiabilidad en el PGA Tour. Otro bogey en el 14 encendió las alarmas. No las de Harman, que recuperó con dos birdies más en el 14 y en el 15 para acabar bajo par con seis golpes de ventaja.
En el segundo puesto terminó Rahm, bajo par en el día y empatado en el acumulado con el surcoreano Kim, el austríaco Straka y el australiano Day, gracias a un birdie en el 18. El último ‘putt’ fue la mejor manera de terminar un recorrido con otros dos birdies y dos bogeys, salpicado de varias salidas al ‘rough’ y algunos ‘approaches’ que le dejaron demasiado lejos del hoyo. Ese fue el problema del vasco. “Así baja mucho el porcentaje”, reconoció.
Pese a ello, Rahmbo se mostró satisfecho por el global de su juego en el fin de semana –el lastre fue un primer día por encima del par– y reconoció el mérito del campeón: “Ha jugado increíble”. La Jarra de Clarete tendrá que esperar. Al menos un año más.