Pasados estos dos años de pandemia, vuelve a celebrarse la histórica “Copa de La Coruña”, de tanta raigambre en el fútbol aficionado de nuestra ciudad y su comarca. Esta competición siempre ha sido el gran escaparate para los jugadores no profesionales coruñeses, sobre todo cuando la final se celebraba en el Estadio de Riazor.
La Copa empezó a disputarse en el año 1941 siendo su primer vencedor el Deportivo Ciudad, por lo que cumple ahora los 81 años. Por alguna razón que no he llegado a comprender, la página de la Federación la anuncia como LXXXIV Copa de A Coruña, cuando al no celebrarse estos dos últimos años debería corresponderle la número 82. Pero esto es lo de menos, lo importante es que vuelva a disputarse esta histórica competición. En esta ocasión participan en ella 47 equipos, desde Tercera Galicia a Preferente Autonómica, que iniciaron la primera ronda esta semana, y continuará el día 17 con la segunda, los octavos de final el 25, los cuartos el 5 de junio, las semifinales el 12 y la final prevista para el 17 de junio.
Corrientemente suelen llegar a la final los mejores equipos del momento. Recordamos en los años cincuenta y sesenta al Orzán S. D., que aún mantiene el liderazgo con seis copas en sus vitrinas, al igual que mi querido Imperator O. A. R., que posee cinco y quedó subcampeón en otras ocho ocasiones, así como el Liceo de Monelos con cinco trofeos ganados o el Español también con cinco. Le siguen el Deportivo Ciudad con cuatro y el Atlético Arteixo B con tres, estas conseguidas consecutivamente a finales de los noventa.
También debemos recordar a grandes conjuntos de las Mariñas y de la Zona de Arteixo que han ganado la Copa: Hércules de San Pedro, Payosaco, Sporting Sada, Portazgo, Relámpago, Juvenil de Almeiras, Sigrás, Vizoño, Cerceda, Laracha, Olímpico de Rutis, Sporting Cambre y el San Tirso -que es el actual campeón- los cuales tienen en sus vitrinas el preciado trofeo. Todos estos equipos proporcionaron grandes enfrentamientos en las finales celebradas en el Estadio ante millares de aficionados venidos de las localidades participantes, así como muchos coruñeses aficionados al fútbol modesto. Como ejemplo sirva la final de 1973 entre el Español y el Payocaco, que congregó a cerca de diez mil aficionados.
Particularmente creo que la aparición de la Copa Federación a finales de los ochenta, mermó un poco la popularidad de la Copa de A Coruña, pero no por ello dejamos de echarla en falta estos dos últimos años. Las expectativas para este año son ambiciosas y aunque algunos equipos han declinado participar por varias razones, como las del Montañeros y el Atlético Arteixo, inmersos en la promoción a la Tercera RFEF, otros muchos y buenos equipos aspiran a disputar la final y llevarse el codiciado Trofeo. Bienvenida pues a la octogenaria Copa de A Coruña.
