Vais a tener paciencia si llegan malos resultados? Es esa una pregunta que hemos escuchado en la sala de prensa en más de una ocasión. Los periodistas, conscientes de que cubrimos la actualidad de un club que en el pasado reciente ha sido volátil en lo que a la figura de los entrenadores se refiere, lanzamos interrogantes al comenzar las temporadas relativos al crédito que se les va a dar a los responsables del banquillo.
Primero fue Fernando Soriano el curso pasado. Y más recientemente, Massimo Benassi. Ambos nos devolvían la pregunta: ¿Y vosotros? ¿Vais a tener paciencia?
En ocasiones parece que es responsabilidad del periodista el colocar, elegir o destituir a los entrenadores.
Pero vaya el elogio por delante. La temporada pasada, el Deportivo sí tuvo esa paciencia. Superó los difíciles momentos clasificatorios de la primera vuelta del campeonato, Imanol Idiakez se sobrepuso a dos bolas de partido y certificó el regreso del equipo al fútbol profesional.
En el curso actual, el aguante ya no ha sido el mismo. La confianza con la que comenzaba el vasco tampoco. ¿Entendible su cese? Seguramente sí para muchos. Otros habrían esperado algo más. Pero, sea como sea, es cierto que es una decisión que no extraña en el fútbol actual.
Para lo que ya resulta bastante más complicado encontrar motivos y explicaciones es para las dudas que puedan existir sobre la figura de Irene Ferreras al frente del Dépor Abanca. ¿Cuál es el objetivo del equipo femenino en la presente temporada? Entiendo que, tras el ascenso logrado el curso pasado, no puede ser otro que la permanencia.
Pero, en el Deportivo actual cuesta tanto hablar de objetivos clasificatorios que una ya no sabe. En el primer equipo masculino se dicen frases tan manidas como “partido a partido” o “ganar el mayor número de partidos posibles”, y desde la Plaza de Pontevedra prefieren no contestar de forma clara a esa pregunta de los objetivos, con lo que no sabemos si aspiran a un ascenso, a un playoff o a una permanencia. De saberlo, tendríamos más claras cuáles son las exigencias para los entrenadores.
Con el equipo femenino sucede lo mismo. ¿Cuál es el objetivo? Insisto en que yo personalmente entiendo que la permanencia. Siendo así, es cierto que actualmente el equipo está en descenso, en la penúltima posición y a dos puntos de la salvación, pero también lo es que está con un partido menos y, que después de transcurridas solo nueve jornadas, se ha enfrentado ya a cinco de los siete primeros clasificados de esta Liga F.
La lógica, si se confía en el proyecto configurado el pasado verano, invitaría a pensar que no se puede tirar por la borda todo el trabajo de Irene Ferreras y su cuerpo técnico por dos derrotas consecutivas, sobre todo cuando previamente el propio club ha alabado el rendimiento del Dépor Abanca en las crónicas publicadas en sus canales oficiales.
Lo contrario sería admitir que ya no se confiaba en la entrenadora madrileña antes de iniciar la temporada. Cosa que también sería poco entendible, teniendo en cuenta que se quedó a un gol del ascenso en su primera temporada como blanquiazul, logró el objetivo en la segunda y ahora lleva solo nueve partidos con un equipo recién ascendido a la máxima categoría del fútbol femenino.
No me queda más que lanzar la pregunta de nuevo: ¿Y vosotros? ¿Vais a tener paciencia?