Se fue la ACB. De nuevo el baloncesto de élite pasó de manera fugaz por A Coruña, como lo hizo hace medio siglo con aquel indómito Bosco. Se acabó lo que se daba, que fue poco porque perdimos mucho, pero nos lo pasamos bien. Estuvo divertido esto de la ACB, quién podría sospecharlo.
Resta la decepción, pero estamos en riesgo de que la peor de las derrotas no sea este fracaso deportivo tan estrepitoso. La mala noticia sería no aprovechar este sustrato para conseguir que este curso se convierta en un catalizador que impulse el seguimiento del baloncesto en A Coruña, un deporte que por otra parte está en el ADN de la ciudad, referencial en varios colegios, pionero gracias a aquellas mujeres del Medina que convirtieron por primera vez a la ciudad en campeona.
Acaba el campeonato, pero no terminan los retos para el Básquet Coruña, que debe definir ahora lo que quiere ser. En este punto es imprescindible la ampliación de capital que conlleve músculo económico para construir un proyecto con sólidos cimientos, a la altura de lo que pide la numerosa afición que ha estado esta campaña con el equipo. El qué y lo qué quiere ser el Básquet Coruña se debe discernir además a partir de una constructiva evaluación de lo sucedido esta temporada. Es imprescindible identificar y conocer los motivos que llevaron al equipo a cerrar su estreno entre los grandes con apenas 7 victorias en 34 partidos. No hace falta ser un lince para entenderlos, pero sí es preciso tener preparación para no repetirlos.
Un año después de los dos ascensos históricos de Deportivo y Básquet Coruña, apenas el fútbol ha cumplido el objetivo de la permanencia, si es que el listón estaba ahí, que podría debatirse sobre ello. Seamos magnánimos, pero también exigentes para que se haga un examen profundo para poder responder a lo que merece tanto la historia como del potencial del club. Nada se construye con prisas, pero tampoco sin pausas. Y las decisiones deben empezar a tomarse ya mismo. Algunas ya se conocen. Durante la semana se han producido despedidas de profesionales que han cumplido un ciclo en el equipo blanquiazul. Y hay una cierta voracidad de la gente por digerir nuevas determinaciones y alimentar así la rueda de la ilusión.
Deportivo y Básquet Coruña son motores de una ciudad que late deporte, referencias de sus disciplinas, pero también de una manera de entender la vida que confiere a la actividad deportiva una importancia que trasciende de las canchas y entronca con lo social. La equivocación es parte del juego, pero la inacción es la peor de las derrotas. Por eso todos estaremos tan pendientes de lo que suceda en las próximas semanas.