Ha sido conocerse la composición definitiva de la próxima Segunda División y coincidir todos en que, posiblemente, nos encontremos con la mayor concentración de equipos históricos en esta categoría.
Se puede decir que más de la mitad de los equipos que van a disputar el próximo campeonato podrían ser perfectamente candidatos al ascenso a Primera División. Y eso lo va a notar nuestro RC Deportivo. Se acabó eso de ir a campos de 3.000 o 4.000 espectadores de aforo y donde más de la mitad del público eran seguidores deportivistas. Esta próxima temporada nos acordaremos de la Primera RFEF cuando visitemos al Racing de Ferrol o vayamos por primera vez a jugar a Elda al Nuevo Pepico Amat, pero lo normal es que nos encontremos templos como La Romareda, El Molinón, La Rosaleda o el Carlos Tartiere, con muchos deportivistas, sí, pero también con miles de seguidores locales llenando las gradas.
Una Segunda División la de la temporada que viene donde repiten trece de los 22 equipos que estaban en la 19-20, cuando descendimos. Algo normal teniendo en cuenta que cada año suben tres y bajan cuatro, con lo que se renueva bastante cada año la categoría.
Lo primero que me llama la atención es que los tres que subieron aquel año ya están en Segunda otra vez. El Huesca subió y bajó al año siguiente, el Elche aguantó tres años y bajó el año pasado y el Cádiz ha estado en Primera los cuatro años que hemos estado nosotros en el fango de Primera RFEF y ahora volvemos a vernos los dos en Segunda. También estará el Granada, que en estos cuatro años les ha dado tiempo a subir, a bajar, a volver a subir y a volver a bajar. Y por el medio hasta han jugado en Europa ante el PSV, el Nápoles o el Manchester United mientras nosotros nos enfrentábamos al Talavera, al Tudelano o al Calahorra en las mismas fechas.
Y vamos a tener un montón de reencuentros. Volverá el Albacete a Riazor donde un día Bebeto les metió cinco goles y donde hace dos años ellos nos dejaron sin ascenso y con cara de bobos. Vendrá el Burgos a Riazor y los más viejos del lugar recordarán un arbitraje de Pes Pérez hace casi 50 años. Iremos a Cádiz y recibirán con una ovación (espero) a Lucas Pérez. Vendrá el Eldense por primera vez y ovacionaremos (seguro que sí) a Ian Mackay. Con el Castellón recordaremos los duelos de estos dos últimos años. Volveremos a Eibar, donde Arsenio recordaba que allí jugábamos antes de ser el Super Depor. Iremos a El Sardinero donde en mayo de 2000 viajamos 7.000 deportivistas antes de ganar la Liga. Y cuando vengan ellos nos acordaremos del gol de Vicente en 1988. Vendrá el Huesca a Riazor y recordaré mi primer partido del Depor en enero de 1981 en Segunda B con la tribuna derribada por las obras del Mundial 82. Vendrán miles de aficionados de Oviedo y de Gijón y se pondrán los bares a reventar y esperemos que todo sea una fiesta (y que ganemos). Vendrá el Tenerife y algunos nos acordaremos del ascenso fallido de 1990. Y cuando llegue el Zaragoza reviviremos esa extraña rivalidad que tenemos con ellos desde la época de Agapito Iglesias como presidente del club maño. Y no me olvido de las infinitas batallas en los 80 en Segunda ante rivales como el Málaga, el Elche o el Levante y que volveremos a vivir este año.
Y para colmo, las dos primeras jornadas son ante los mismos rivales que en la temporada 2019-2020, la del descenso. Menos mal que las 40 siguientes son diferentes.