Al final de la temporada habrá tiempo de hacer balances y de hablar del proyecto deportivista. Ya ven que tener detrás un apoyo empresarial muy importante no es garantía de éxito en forma de ascenso. Son tres años de travesía por el desierto.
Si se consigue el objetivo todo quedará, más o menos, olvidado. El fin último, el devolver al equipo al fútbol profesional, eclipsaría cualquier zozobra ocurrida durante la temporada. Y el Depor está capacitado para ascender, en playoff o de manera directa. Para esto último tiene que ganar, y ganar y volver a ganar. De eso se trata.
El escenario de no conseguir el propósito (que no quiero ni pensar) es otra historia. Un primer curso en el que no se acierta o no se hacen bien las cosas, vale. Un segundo en el que se llega al final para morir en el último partido ya es como para pararse a pensar. Un tercero, con el mejor equipo de la categoría, que provocaría un cuarto en la sequía absoluta... No sé hasta que punto el proyecto daría un giro absoluto. Pero no pensemos en ello. Solo en ganar al Celta B.