Hay que retroceder una década en el tiempo para encontrar a alguno de los cuatro semifinalistas de la Champions levantando la ‘orejona’. El Barcelona fue el último en hacerlo, en aquella final ante la Juventus en Berlín, en el curso 2014-15. No es el único síntoma del cambio de ciclo en el fútbol europeo. Pese a que ahí siguen casi siempre los mismos equipos, o parecidos, la UEFA puede darse una autopalmadita en la espalda por el agitamiento que ha producido el nuevo sistema de competición.
Además de ese último título azulgrana para el que hay que echar la vista atrás diez años, hay que leer que dos de los cuatro semifinalistas no saben lo que es conquistar la principal competición de clubes del mundo. Arsenal y PSG nunca lo han logrado. Ambos perdieron las únicas finales que disputaron. Los ingleses, en 2006. Los franceses, en 2020. Los azulgrana suman 5 títulos, por 3 del Inter. Son el quinto y el séptimo equipo en el ranking histórico de títulos.
Hay más. El Arsenal no pisaba unas semifinales desde hace dieciséis años. El Barça tampoco lo hacía desde hace poco más de un lustro. El Inter fue subcampeón hace dos temporadas y su anterior presencia en la penúltima ronda data de su último título, en 2010. El PSG es el más regular. Está en su cuarta semifinal en los últimos seis años y es el único que repite entre los cuatro mejores con respecto a la pasada edición. Pero el reinado se le sigue resistiendo.
Quizá haya llegado el momento de los parisino-cataríes. Justo en el curso del adiós de un Mbappé que no ha acabado de tomar las riendas de un Madrid en el que casi todo lo que haga va a estar por debajo de lo que ha logrado el club blanco. El fútbol y sus piruetas