Con ocasión de su reunión anual para celebrar el Día de las Peñas, me ha venido a la memoria la importancia que tienen estas entidades en la historia reciente del R.C. Deportivo, y por eso trataré de recordar algunos datos sobre las mismas.
La que podemos considerar como decana de todas ellas es la Peña Vilalba, creada en 1952 en el Bar Roca de aquella localidad. Después está la Peña Deportivista La Estrella, fundada por mi buen amigo Quique Domínguez Veloso en su bar “La Esquina” de la calle de la Estrella, allá a comienzos de los años 80. Había redactado los estatutos Calín Fernández Barallobre y fueron socios fundadores junto con Quique, Pepe Dalton, Juan Lebón, Juan Artime y Manolo Sanjurjo. Su primer presidente había sido Juan Tomé, al que le siguieron Juan Eiras, y durante mucho tiempo Manolo Sanjurjo. Después de años de gran actividad, en la que viajaron por toda España acompañando al Deportivo e incluso volaron a Brasil para ver un partido en Maracaná, la peña pasó al “Bar Santiso” y en el año 2011 resurge de un pequeño letargo bajo la presidencia de David García y con sede en “A Casiña” en la calle Mantelería, donde reside actualmente.
Otra peña muy singular y atípica es la conocida como “Riazor Blues”, la agrupación que anima los partidos desde la antigua grada de General, hoy Maratón, que se constituyeron como peña en el año 1987. Eran míticas las “quedadas” en la calle de la Alameda antes de acudir a Riazor. Sus fundadores habían sido Francisco Javier Romero y Enrique Díaz.
Cuando en el año 1988 Lendoiro llega al club, solamente había nueve peñas registradas. Aquí tenemos que hacer mención a su colaborador Pachi Dopico que se encargó de ese cometido y consiguió ver ampliado considerablemente el número de peñas hasta llegar a superar las doscientas. Durante ese tiempo también se formó la Federación de Peñas, siendo su primer presidente Carlos Souto de la peña “Gaiteira”.
Aunque pueda parecer que la mayoría de las peñas están radicadas en A Coruña, lo cierto es que se han extendido por toda la geografía gallega, española y mundial. A día de hoy, entre los dos centenares de peñas existentes, las podemos encontrar en localidades como Betanzos, Carballo, Fene, Foz, Fisterra, Lugo, Mazaricos, Muxía, O Grove, Pontedeume, Sarria, Santiago, Vilalba, Viveiro o Vilagarcía, entre otras. En el resto de España aparecen peñas en Avilés, Barcelona, La Bañeza, Llodio o Mallorca, por poner algunos ejemplos, y en el extranjero, existen asociaciones deportivistas en capitales como Nueva York, Londres, México o Buenos Aires.
Entre estas peñas, algunas tienen nombres muy originales como Centolo, Chamberí Branquiazul, O Cazolo Furado, Orgullo Koruño, o ¿Cuanto sufrimos Martín!, que a todos nos recuerda al mister de Arteixo. Otras hacen referencia a jugadores que han dejado huella en la afición como la peña Valerón o la de Manuel Pablo, así como a las de varios jugadores locales, como las de Pablo Insua, Juan Domínguez o Pedro Mosquera, y solo una se acuerda de un entrenador foráneo, la peña “Míster Lotina”.
En todos los casos, con mayor o menor actividad y número de socios, estas peñas se han hecho sentir en los campos de fútbol acompañando al Deportivo en sus desplazamientos, haciendo kilómetros en autocar y hermanándose o rivalizando con las peñas de los equipos de otras ciudades. Serían muchos los ejemplos pero se me viene a la memoria la algarabía de los desplazamientos a Logroño en los años noventa del pasado siglo.
Pero lo que de verdad me parece digno de mención, es lo que está ocurriendo este año, con el equipo en la tercera categoría del fútbol español, y los peñistas coruñeses haciéndose notar en campos tan alejados como el Nou Estadi de Tarragona o el Pinilla de Teruel. ¡Sobresaliente a las Peñas!