HAY QUE DARLE LA ENHORABUENA a la selección femenina de waterpolo. Nunca he practicado este deporte, pero no me cabe duda de que es de los más sacrificados. El primer inconveniente es que antes de todo hay que dominar otro deporte, en este caso la natación. Y luego ya te pones con la técnica, la táctica y pasar muchas horas en el gimnasio, porque en los partidos no solo tendrás que aguantar a flote, sino también evitar que los rivales intenten una y otra vez sumergirte.
Así que me parece un deporte tremendamente exigente, lo que le da más mérito todavía a este oro que traerá a España la selección de Miki Oca. Un entrenador que comenzó su carrera como jugador, pero que ha demostrado que tiene una gran valía como técnico.
Por desgracia, en estos Juegos Olímpicos no hemos podido disfrutar de demasiados oros. Y la mayoría han llegado en estos últimos días.
El waterpolo, desde hace unas cuantas décadas, suele dar muchas alegrías a la afición española. No es el deporte más seguido ni el más mediático, pero siempre está ahí. Sea con la selección masculina o femenina, en Juegos Olímpicos, Mundiales o Europeos...
Me alegra que el sacrificio y el trabajo den sus frutos. No siempre ocurre, pero en esta ocasión la selección femenina sí ha llegado a lo más alto del podio olímpico, tras dos intentos frustrados. Que lo disfruten. Estas jugadoras se han ganado unas merecidas vacaciones.