Orden y talento
lll
17º-23º

Orden y talento


Usuario

El frustrado ascenso del Deportivo reabre un debate todavía muy latente en el fútbol actual y que señala directamente a los responsables del banquillo. Qué modelo de entrenador necesita cada equipo.
 

Mucho se ha escrito sobre los cambios que acontecen en el mundo del deporte con la aplicación de herramientas de análisis informático al juego, el llamado Big Data. A través de estas técnicas podemos analizar las características y comportamiento de los jugadores, el sistema de juego del rival y las variantes tácticas que conducen -o deberían de hacerlo- al éxito.
 

La nueva generación de técnicos ha crecido con estos parámetros donde el estudio previo y el análisis concienzudo conforman la columna vertebral de su trabajo. 
 

Al mismo tiempo sobreviven los entrenadores a quienes peyorativamente se les llama ‘alineadores’  porque se les acusa de simpleza en sus planteamientos. Sin embargo, nada es lo que parece.
 

Los adalides y estudiosos que dan prioridad al sistema sobre la creatividad de los futbolistas -con Guardiola como máximo exponente- saben que sin una plantilla plagada de calidad no serían capaces de alcanzar sus objetivos. El propio Pep ha conseguido grandes logros con equipos potentísimos como el Brasa, Bayern o City, muy fieles a los movimientos estratégicos con y sin balón.
 

En el otro lado de la balanza habitan los técnicos que también saben mucho de fútbol, pero dan más libertad a sus futbolistas. Me vienen a la cabeza los nombres de Del Bosque, Zidane o Ancelotti, acusados en su momento de simples gestores de vestuario y escasamente innovadores en su estilo de juego. 
 

Entre medias se desenvuelven muchos adiestradores que combinan con eficacia las dos orillas del juego. Aunque el debate es largo y está plagado de trampas, me sigue cautivando el viejo paradigma de Arsenio Iglesias en el que abogaba por el orden y talento como fórmula de éxito, un axioma más vigente que nunca. El orden lo pone el entrenador y el talento los jugadores. 
 

Personalmente me fascinan aquellos equipos reconocibles con un sistema de juego como referencia pero que se desenvuelven a las mil maravillas en el caos cuando el guion así lo exige. Y, no nos olvidemos, el fútbol es un juego de once contra once dentro de un rectángulo de hierba y con unas reglas que lo ordenan pero que siempre gana quien es capaz de meter un gol más que su rival.

Orden y talento

Te puede interesar