Sigue siendo complicado analizar a este Deportivo en el punto donde nos encontramos. Su trayectoria se define como cuando a los gallegos nos evalúan desde el exterior: “No sabemos si suben o si bajan”. Por ello lo mejor, en estos momentos, es situarse en el correspondiente descansillo y ver las cosas de forma analítica.
Desde hace tiempo les vengo comentando las circunstancias por las que veo todo el entramado como un bucle y por lo tanto, mientras no se encuentre la puerta de salida adecuada de la categoría, todo seguirá de la misma forma. Pero ello, no quiere decir que no se le está viendo un cambio de rumbo, un salto hacia adelante desde la incorporación de Cano. Ello puede estar motivado por varias cuestiones, la principal, por el cambio de entrenador que propició abrir las ventanas para airear, generando el clásico reseteo en el vestuario y nuevas oportunidades a toda la plantilla, cuestión que alguno que otro aprovechó. Podemos añadir que los propios jugadores ya estén más asentados en su puesta a punto y comiencen a ofrecer lo mejor de sí.
En Algeciras no se ofreció un buen partido, pero se ganó. Aquí es donde se debe hincar el diente. Tener opciones de ascenso, significa utilizar en cada choque el pico y pala correspondiente. Nadie va a regalar nada y cada partido será una “batalla” y la “guerra” se decidirá, como bien decía Luis Aragonés, en las diez últimas jornadas. Lo importante a estas alturas es lograr una línea positiva, que afiance la confianza de unos y otros, directiva, afición y equipo. En todo este periodo siempre se debe ver la luz al final del túnel.
Un buen profesional seguidor de la información deportiva blanquiazul en su día a día, me señalaba, esta semana pasada, que el Club estaba en la dinámica de apuntalar el cuadro de jugadores. Los propietarios estaban dispuestos a abrir, ligeramente, la espoleta económica con la intención de ascender de una vez por todas. Movimiento que no garantiza, ni mucho menos, el éxito, pero sí que propicia crecer en “musculo”.
Aquí habrá tres variantes en el camino a seguir, que todo siga en manos de la secretaría técnica, que no consiguió dar con la tecla ganadora, el ejemplo lo tenemos ayer con la “fuga” de Ibai Gómez. Por otro lado, que el nuevo técnico llegara, debajo del brazo, con una carpeta con nombres y apellidos comprometidos y por último, que las dos cuestiones se unan en un mix consensuado. Me inclino por esta última.
En definitiva, ganar fuera de casa significó un gran paso adelante, que permite encarar el futuro con optimismo. A ver si de esta va.
Finalizo. Mañana Luis Enrique dará su lista para el mundial. No creo que haya mucha novedad. Con la retirada de Piqué, solo queda la duda de Sergio Ramos. Los demás, imagino que serán los de su cuerda. Viendo cómo se mueve el personaje, hasta diría que es lo más lógico. Habrá que desearle el mayor de los aciertos, aunque sigo pensando que no es el más adecuado para el cargo. La selección española está por encima de caprichos y personalismos.
Como siempre un placer.