OPINIÓN | Si no hay confianza, que haya valentía y respeto
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OPINIÓN | Si no hay confianza, que haya valentía y respeto

OPINIÓN | Si no hay confianza, que haya valentía y respeto

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No seré yo el que a estas alturas le diga a un director deportivo de un club de fútbol, ni a Fernando Soriano ni a ninguno, qué decisiones debe tomar para la mejor marcha de su proyecto. Me falta conocimiento, me falta experiencia y, casi con total seguridad, me falta también un sueldo acorde a este tipo de encargos. Lo que sí trataré siempre de señalar, en el fútbol y en la vida, es cuando a mi juicio alguien no está siendo valiente o respetuoso. O, como es el caso que me trae a estas líneas, ambas.


Hace más de un mes que el Deportivo consiguió la permanencia matemática después de golear al Albacete en Riazor. Y desde el club blanquiazul continúan moviendo los marcos en cuanto al integrante del banquillo para la próxima temporada. Primero era conseguir el objetivo. Luego fueron dos los objetivos y conseguir el primero ya no era suficiente. Después se trataba de tomar la decisión antes de que terminara la Liga y ahora, con la temporada finalizada, prosigue la huida hacia adelante.


Insisto, la continuidad de Óscar Gilsanz al frente del banquillo blanquiazul hace tiempo que dejó de ser el centro del debate. Al menos bajo mi punto de vista, lo que debería estar ahora mismo bajo el foco es la gestión de un proceso que cada día que pasa destila un aroma más intenso a cobardía. Porque más allá de poder discutir las sensaciones que deja del técnico betanceiro desde que asumió el cargo, sus números son incontestables, lo que no tiene ningún tipo de defensa es que a falta de 25 días para que termine su contrato nadie le haya dicho nada con respecto al siguiente capítulo de su futuro. Si la dirección deportiva ha decidido pasar página y está llamando a la puerta de múltiples y diversos candidatos, el primer paso tendría que haber sido comunicárselo. Es lo mínimo que merece. Porque también cada día que pasa es más difícil creer que la disyuntiva sea entre Gilsanz u otro, y no Gilsanz solo si todas las demás opciones fallan. No sería la primera vez.


Por eso está faltando valentía de uno mismo, esa seguridad en lo que haces y que permite soltar una liana antes de agarrarse a la otra, y respeto para con la otra parte. En un club que presume de haber puesto la cantera como eje para su presente y futuro, Gilsanz es una de las figuras clave en el último lustro, mezclando formación y resultados cada año desde el juvenil hasta el primer equipo. Si esas credenciales para alguien que ha mostrado y muestra cada día su entrega al club no son suficientes, se merece saberlo cuanto antes para explorar en las mejores condiciones un futuro en los banquillos para el que después de esta temporada no le van a faltar alternativas.


Lejos de ser premiado, su deportivismo está siendo castigado por aquellos que saben perfectamente que, como ha hecho siempre, pondrá al Dépor por delante de cualquier interés propio. Seguramente tengan razón. Porque si algo ha mostrado Gilsanz día sí y día también desde que entró por la puerta de Abegondo, es saber hacer su trabajo y sacar rendimiento a sus equipos; pero también valentía para asumir retos y máximo respeto por todos.

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