Estamos en la semana en la que todos recordamos la efeméride de hoy, día 19 de mayo. Y no se crean que a mí no me ha entrado también la tentación de soltar mi parrafada acerca de lo que hice aquel día, cómo lo disfruté en el campo, cómo lo celebré después. Pero pienso que ya bastante información hemos tenido y vamos a tener (lo cual es lo deseable, que 25 años no se cumplen todos los días) como para que yo abunde más sobre el tema.
Hoy me voy a otro recuerdo bastante menos agradable sucedido hace doce temporadas, que no es poco tiempo tampoco. En la 2012-2013 veníamos de ascender el año anterior. Jugadores como Guardado o Colotto habían abandonado el club tras el ascenso y ese verano el presidente Lendoiro se había confiado a su amigo Jorge Mendes para que le trajera algunos futbolistas tras el éxito de Bruno Gama y Salomão. Y así fue como llegamos a tener aquella temporada hasta nueve portugueses y tres brasileños. Todo un récord, sin duda. El devenir del curso ya lo conocen: Oltra fue cesado en la jornada 17 tras ganar solo dos partidos y encajar una barbaridad de goles (una media de más de dos tantos por partido) y, posteriormente, un sustituto, Domingos Paciencia, que hizo que toda la afición perdiera esa paciencia los domingos y cualquier otro día en que jugara el Deportivo.
El día en que todo estalló fue un Dépor-Granada que se jugó en febrero de 2013. Era un partido en el que todos pensábamos que “si no le ganamos al Granada, apaga y vámonos”. Los nazaríes estaban también en la parte baja de la tabla y eran un equipo muy modesto. Y no, no les ganamos. Nos metieron un incontestable 0-3. No fue solo el resultado. No fue solo la contundencia. Fue la impotencia ante un rival que, sin hacer nada del otro mundo, nos pasó por encima. Marcaron antes de acabar el primer tiempo, al poco de empezar el segundo y nos metieron el tercero de penalti casi al final. Y fue ahí cuando Riazor estalló al grito de “¡menos portugueses y más coruñeses!”. Ese día habíamos salido con Zé Castro, Salomão, Bruno Gama y Pizzi de inicio, además de los brasileños Evaldo y Assunçao. En el segundo tiempo salió Nelson Oliveira y en el banquillo estaban también André Santos y Silvio. Tras ese partido Domingos Paciencia se marchó sin esperar a ser cesado y llegó Fernando Vázquez. Un punto de inflexión fue aquel 0-3. Lo malo es que la reacción que hubo tras llegar el técnico de Castrofeito no tuvo final feliz.
Lo cierto es que hubo de todo entre aquellos portugueses/brasileños que militaron en el Dépor aquella temporada. Los de años anteriores, Zé Castro, Salomão y Bruno Gama siguieron dando un buen rendimiento. Y de los que llegaron aquel año, el mejor fue Pizzi, sin duda. De los demás, Silvio hizo buenos partidos, pero los Kaká, Nelson Oliveira, Assunção o André Santos fueron un fracaso. Y de Roderick, Tiago Pinto y el gran Evaldo… casi mejor no hablar.
Doce años han pasado desde aquella temporada en Primera. Ahora que ya lo he contado y usted ha llegado hasta este punto olvídelo todo y volvamos a recordar mejor lo que pasó hace 25 años. ¡Cómo me voy a olvidar!