Canteranos sí, canteranos no. Esa es la cuestión. Lo que para unos parece un gran éxito o una gran aportación, para otros semeja todo lo contrario. Hay opiniones para todos los gustos, aunque ver cómo la selección española sub-21 está repleta de exdeportivistas y coruñeses nos duele en el alma a todos.
Nico, Álvaro, Hugo. Coruñeses y/o deportivistas en la segunda selección, el paso previo al gran escenario, a la selección absoluta. No parece tan lejana aquella foto del verano de 1964. La imagen de Amancio, Luis Suárez, Reija y Marcelino, tres coruñeses y un ferrolano, levantando la primera Eurocopa para España. Porque sí, ya tenemos cuatro. Pero en la primera –ay, la primera vez– fueron pieza clave cuatro paisanos nuestros. ¡Cuatro! ¡Casi medio equipo! Eso sí, ninguno de aquellos juega en el Dépor y ninguno de estos militaba en aquel momento.
Pese a todo, siempre ha sido un déficit por nuestros lares el menosprecio al jugador de casa. ¡Lo que tuvieron que aguantar Chacho, Luisito, José Luis o Fran! Menciono a estos cuatro por no eternizarme, porque igual no llegaba el espacio de este artículo.
Siempre ha resultado sorprendente el exceso de exigencia con el futbolista de aquí. Y el pasotismo con otros menos dotados llegados desde cualquier otro punto de la península, o incluso desde el extremo opuesto del globo terráqueo.
Hay algo que no ha funcionado bien en muchas ocasiones en el Deportivo. Y es la capacidad de persuasión y los medios destinados a hacer crecer a las grandes promesas del vergel coruñés. Hubo un tiempo en que de los clubes modestos coruñeses salían futbolistas a montones para clubes de Primera y Segunda División, incluso sin pasar por el Deportivo.
Aquello sucedía, básicamente, porque no había sitio para todos en un Dépor ya repleto de jugadores de la casa. ¿Leyó usted el reportaje, hace dos semanas, sobre el anterior partido entre Dépor y Racing en Segunda? Si no, le refresco la memoria. Solo un deportivista de aquel once de finales de los años 70, el argentino Piris, había nacido fuera de Galicia. Desde hace unos cuantos años la historia es al revés. Incluso en el Fabril hay que rebuscar para encontrar un gallego, y ya no le cuento para dar con un coruñés.
La cantera deportivista puede presumir de ver a tres campeones juveniles de hace tres años asentados en el primer equipo. Más que ninguno de sus cinco predecesores en el título, Villarreal, Málaga, Atlético de Madrid, Real Madrid y Zaragoza.
David Mella sigue dando pasos de gigante –pese a los experimentos que con él realiza Imanol Idiakez– para convertirse en el próximo canterano coruñés en la selección sub-21. La cuestión más preocupante es que, tal como están las cosas, todavía no está claro si esa convocatoria llegará a la Plaza de Pontevedra o tendrá como destino la sede de otro club. Con Yeremay la cosa está mejor atada. ¿La selección sub-21? Pese al nivelazo de su arranque liguero, parecen palabras mayores para el talento canario.
Aún así, ha habido muchos fallos. Y los sigue habiendo. Porque por los reformados pasillos y escaleras de Abegondo abundan las quejas acerca de la eficacia de los métodos actuales. Da la impresión de que no es el mejor augurio para el futuro del vivero deportivista.