Mella y la prudencia
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Mella y la prudencia


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Dicen que es más fácil llegar que mantenerse. No va a ser el Depor quien desmienta esta afirmación. En una categoría en la que el liderato se lo han turnado al menos media docena de equipos sería aventurado hablar de un claro dominador de la competición.


La suerte es que el equipo coruñés llega a la cima en el tramo final de la competición. Se ha tenido que obrar una remontada casi milagrosa para capitanear la tabla y, claro, esos esfuerzos pasan factura al sentir la presión que implica retener esa privilegiada plaza.


Uno de lo contratiempos ocurridos esta semana es la llamada de David Mella a la selección española sub-19. Primero hay que felicitar al jovencísimo extremo de Teo por la convocatoria. Eso significa que está entre los mejores de su categoría. Sin embargo, parece que buena parte de prensa y afición local tienen un sentimiento de orfandad con esta baja y, a la vez, un excesivo miedo –o premonición– a que el jugador vuelva lesionado de su cita internacional. Recordemos que tiene el tobillo tocado.


En cualquier caso, resulta paradójico que en un deporte donde la preparación física, los cuidados médicos y la mejora en la alimentación de los profesionales ha prolongado de manera increíble la fecha de caducidad de los futbolistas –todavía se ven peloteros rondando la cuarentena en equipos de primer nivel– que al mismo tiempo que se precipite el debut de imberbes promesas que todavía no han alcanzado la mayoría de edad.


Y es que Mella, al igual que otros muchos casos (Cubarsí, Pedri, Gavi, Fati, Yamal, etc.), llegan con apenas 18 años a la élite. Se les provoca una maduración prematura con unas exigencias que poco propician su desarrollo físico y mental. El caso es que Mella es todavía muy joven y, como tal, hay que tratarlo y cuidarlo. Todavía está aprendiendo a controlar sus límites físicos mientras siente –y acepta– que se le asigna un rol principal en el equipo.


Ha pasado de ser una joven promesa y alternativa en la banda izquierda a convertirse en jugador fijo e indiscutible por la derecha en apenas dos meses. Tanto es así que medios de comunicación y redes sociales deportivistas abren el debate de qué futbolista sería el más idóneo para suplir esa importante baja el sábado en Majadahonda. 


Conviene ser prudentes, y sobre todo pacientes, con jugadores con talento que están en fase de crecimiento y no quemarlos en sus inicios. A la vista hay casos recientes de juguetes rotos a los que han sobrecargado de partidos a edades muy tempranas. Están subiendo al primer equipo jóvenes futbolistas de calidad formados en Abegondo a los que hay que cuidar, dar oportunidades, dosificar sus esfuerzos y dejarlos progresar sin prisas.

Mella y la prudencia

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