Una (media) temporada decepcionante
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17º-23º

Una (media) temporada decepcionante


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Fin de una primera vuelta decepcionante. De los 57 puntos en juego ha sumado 29. El Depor está fuera de los puestos de playoff y tiene a cinco equipos por encima. Siendo realistas, con estos números sería un disparate pensar en el ascenso directo. No sólo tendría que hacer una segunda vuelta escandalosa, sino que además fallaran al mismo tiempo los cinco primeros que –dicho sea de paso– se han mostrado muy regulares.


Descartado el primer puesto, urge escalar en la tabla y consolidarse entre esas plazas que dan opción al ascenso. Ese debe de ser el objetivo más sensato de los pupilos de Idiákez. La pregunta es si esa meta es factible con el material humano que tiene el Depor.


La sexta plaza de los blanquiazules no es fruto de la mala suerte, de las bajas o de los malos arbitrajes. El Depor no ha sido mejor que los demás, muchas veces se ha visto rebasado por equipos bastante inferiores y se ha mostrado excesivamente vulnerable en Riazor. 


Una situación que no es producto de la casualidad y pasado el ecuador de la liga se vislumbran ciertas lagunas en el plantel. En primer lugar, resulta descorazonador que un club con una estructura, organigrama, instalaciones, afición o presupuesto de primer orden, siga por cuarto año consecutivo naufragando en la tercera categoría nacional por falta de estrategia, o en su caso que esta siempre resulte fallida.


El renovado staff técnico encargado de diseñar la plantilla tampoco creo que se muestre muy satisfecho de su labor. El tiempo ha demostrado que la confección del plantel ha sido un tanto asimétrica, sobrecargando puestos con jugadores muy parecidos y desatendiendo posiciones que se han quedado huérfanas a las primeras de cambio (el volante y el delantero centro que iniciaron la temporada no tienen recambios de garantía). 


Algo parecido podríamos pensar del tímido protagonismo que se le ha dado a la cantera. Al principio la apuesta tuvo una carga de ilusión. Yeremay se hacía con la banda izquierda, Mella salía de banquillo para disputar minutos, y asomaban los Dani Barcia, Martín Ochoa, Rubén, Kevin Sánchez o Diego Gómez. Sin embargo, esta práctica se ha convertido en un espejismo. La realidad nos dice que cuando crece la tensión del partido y la presión del resultado, el técnico vuelve a confiar en supuestas vacas sagradas, que tampoco mejoran el rendimiento de los jóvenes.


Si la producción del equipo es deficiente para las expectativas generadas, el comportamiento de la institución vuelve a sembrar dudas de su eficacia en la posible contratación de Chacón (actualmente en el Arenteiro y ofrecido gratis a principio de temporada) y de la escasa elegancia con la que se ha despedido a Ian Mackay. Y lo malo es que estas cosas se repiten demasiado a menudo.

Una (media) temporada decepcionante

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