Las lecciones de Bergantiños
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Las lecciones de Bergantiños


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Que Alex Bergantiños cumpla 300 partidos defendiendo la camiseta blanquiazul del Dépor es una noticia esperanzadora no solo para las jóvenes promesas del Club sino para el deporte local en general.

Criado en el Imperator, pronto dio el salto al RCD. No tuvo una carrera fácil pero siempre demostró su lealtad al cuadro coruñés. Debuta en el Fabril y, antes de formar parte del primer equipo fue cedido al Xerez al que ayudó a ascender a la máxima categoría. Tras un breve paso por el Granada y un período todavía más corto en el Nástic de Tarragona, regresa a Riazor en donde milita siete temporadas seguidas.

Cuando ya estaba asentado en el equipo y contribuye a la permanencia en Primera División, el Club decide cederlo al Sporting de Gijón en una decisión que no sentó bien a determinados sectores de la afición que señalaba la indiferencia de los rectores del RCD ante un jugador de la casa. El de la Sagrada Familia cumplió en Asturias el destierro para retornar al club de sus amores al año siguiente, en esta ocasión en la división de plata.

En el recuerdo sus cuatro goles marcados en Primera División, curiosamente tres de ellos al Barcelona. Uno de ellos fue en 2015-16, en el último partido de liga en el Nou Camp y sirvió a los coruñeses para mantener la categoría. El otro en Riazor para ganar 2 a 1 a los culés.

Y digo que es un orgullo para el Club tenerlo en la plantilla y un ejemplo de resistencia y fidelidad para los jóvenes que deberían de ver en Bergantiños el compromiso de un jugador con el Dépor. Ahora pelea en Segunda B como un juvenil más para conseguir el ascenso. A veces buscamos modelos de comportamiento en otras latitudes y despreciamos los más cercanos. Álex es uno de ellos.

Y esto ocurre cuando el Dépor trata de salir de un bache de resultados. Derrotas por la mínima ante Real Unión y Racing de Santander, en casa, y SD Logroñés, fuera, marcaron el socavón que el equipo trató de paliar el domingo pasado contra el Calahorra.

Aunque el liderato está matemáticamente en manos del Racing de Santander -el golaveraje también favorece a los cántabros-, la situación a falta de 14 jornadas no es preocupante. Quedan 42 puntos en juego y la diferencia entre estos dos clubes es apenas de un punto.

Quizás los números que hizo Borja Jiménez hace algunos meses cuando afirmaba que 70 puntos eran los necesarios para subir directamente, se quedan a día de hoy un poco escasos. Lo cierto es que parece que la primera plaza se la van a disputar estos dos equipos. Si los blanquiazules vuelven a rearmarse y enlazar una buena racha de resultados, siguen teniendo en su mano el ascenso

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