Acaba de iniciarse 2025 y ya tenemos servida la primera polémica futbolística del año con el tema de la (re)inscripción de Dani Olmo y de Pau Víctor, que parece que nadie se acuerda del último, por el Fútbol Club Barcelona que preside Joan Laporta.
El asunto empieza a crispar a más de uno, sobre todo dentro de la entidad azulgrana, y amenaza con salpicar al propio campeonato. Por ello no ha sido extraño que el entrenador del Atlético de Madrid, Diego Pablo Simeone, no se anduviese por las ramas al afirmar ayer que “esperamos que simplemente se mantengan las normas para todos”. La franqueza de su opinión, que es la que tiene todo el mundo con dos dedos de frente, la matizó después el argentino con un “evidentemente, no tengo ninguna duda que sucederá de esa manera. Si tiene que seguir jugando, bienvenido sea; y, si las normas no dan para que pueda jugar, no podrá jugar”.
La cuestión no es baladí y el problema viene de lejos, del pasado mes de agosto para ser precisos. La ficha del danés Andreas Christensen fue dada de baja por el club culé tras sufrir el defensa una lesión de larga duración, circunstancia que permitió al mencionado Dani Olmo ser inscrito a partir de la tercera jornada del campeonato liguero. Desde entonces el centrocampista nacido en Terrassa ha sido pieza esencial en el buen rendimiento del equipo entrenado por el técnico alemán Hansi Flick en el primer tramo de la presente temporada, tanto en el torneo de la regularidad como en la Champions League.
Se espera que en breve LaLiga dé una respuesta a la espinosa cuestión y sea cuál sea la decisión que tome generará polémica, ya que habrá quienes consideren que la sociedad catalana ha cumplido los requisitos que exige el organismo de Javier Tebas para hacer la ficha y otros que no, por lo que es seguro que según el sentido de la contestación se escucharán protestas en el que se afirmará sin rubor que la competición está adulterada.
Suceda lo que suceda lo más triste de todo es que el fútbol español volverá a quedar en entredicho a poco más de un lustro para celebrarse en nuestras fronteras el Campeonato del Mundo al provocar un nuevo daño que costará reparar a pesar del buen fútbol desplegado y los innumerables títulos que conquisten las diferentes categorías masculinas y femeninas de nuestra selección o los clubes en las competiciones internacionales que se disputan temporada tras temporada en los diferentes campos de juego.