Los ídolos en el deporte
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Los ídolos en el deporte


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El pasado 9 de enero se han cumplido dos años desde mi primera colaboración en este diario. Con la anuencia de sus directores, he podido trasmitirles mis recuerdos y opiniones sobre diferentes temas deportivos. Espero no haberles cansado demasiado con mis “historietas” y por eso me atrevo a continuar escribiendo hasta que ustedes digan ¡basta!
 

Hoy les hablaré de los ídolos, una de cuyas acepciones los define como “persona o cosa excesivamente amada o admirada”. Los humanos tendemos, desde siempre, a ensalzar a aquellas personas que en su profesión destacan sobre los demás, algo que en el deporte alcanza pasiones desorbitadas. Pocos acuden a presenciar competiciones del deporte aficionado, salvo que jueguen sus hijos o nietos, pero todos admiramos y seguimos a ciertos deportistas profesionales que son encumbrados por la sociedad.
 

Puedo recordar los lejanos tiempos en que, sin entender de boxeo, admirábamos a Cassius Clay (Muhammad Ali), o a nuestro Pedro Carrasco. También nos hicimos adictos al ciclismo cuando aparecieron Perico Delgado e Indurain, a los que veíamos por la televisión sin perdernos una sola etapa del Tour o de la Vuelta. Lo mismo podemos decir más recientemente de Rafa Nadal, al que muchos, y en este caso muy merecidamente, admiramos y elogiamos en su brillante carrera. Tengo un amigo madridista que cuando Cristiano Ronaldo se fue a Italia comenzó a ver los partidos de la Juve, equipo que antes no le interesaba lo más mínimo. Fuera de nuestras fronteras, a Maradona lo han comparado con un dios divino, a pesar de sus flaquezas humanas.  La misma TVG empezó a emitir los partidos del PSG, por la idolatría que muchos profesamos a Messi. Del mismo modo podríamos seguir mencionando a algunos otros ídolos deportivos.
 

Estos días pasados hemos asistido a varios episodios de idolatría deportiva. La llegada de la selección argentina a su país, vencedora de la Copa del Mundo de fútbol,   provocó escenas de delirio colectivo que hemos podido ver en televisión, y posteriormente abarrotó la Plaza de Mayo para festejarlo en un día declarado festivo. Asimismo el fallecimiento del ídolo brasileño Pelé, apodado “O Rey”, ha concitado una movilización masiva entre los brasileños, llegando a ser visitado en su capilla ardiente por mas de doscientas mil personas.
 

Y para finalizar este comentario, tenemos el reciente caso de Lucas Pérez, que en su presentación congregó en Riazor a 7.000 aficionados, como si él solo fuera el salvador del R. C. Deportivo, y alguna prensa ya le ha puesto el apodo de “O neno”, olvidándose de que ese cariñoso título pertenece a Fran. El pasado domingo acudimos al Estadio casi 24.000 aficionados, seguramente movidos por el fichaje del nuevo ídolo y cuando me dí cuenta, yo mismo estaba haciendo la ola.
 

En mi humilde opinión: ¡Menos pasión por los ídolos y más apoyo a los deportistas en general!

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