S e recuperó la cena del deporte. En su día se decidió prescindir de la celebración por temas económicos y luego la pandemia hizo el resto. Ayer, en el Palacio de los Deportes, volvimos a encontrarnos con muchos y buenos amigos, porque, entre unas y otras cosas hace ya bastantes años que no asistía.
Recuerdo algunas de las ‘Cenas del Deporte’ en la época de Francisco Vázquez, Eduardo Blanco, el añorado Palau, después en la época de Negreira, Mourelo... Era la fiesta del deporte coruñés y ayer se recuperó un poco ese espíritu de camaradería. El tejido asociativo deportivo es fundamental para el desarrollo de las actividades locales y los mecenas del deporte también son los ‘currantes’ de los clubes que no perciben a cambio más que el cariño de los suyos.
Un ‘pero’, con todo el respeto. Hacer la Cena del Deporte en el Palacio puede quedar muy chulo, pero –precisamente– entre montajes y desmontajes, aunque hayan acabado grandes competiciones, el recinto no se puede utilizar. En la ciudad hay espacios más que acordes con la categoría del evento para que luzca como se merece una cita tan importante.
