Estudio Estadio
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He visto días atrás el especial que Televisión Española ha dedicado a un programa deportivo mítico: “Estudio Estadio”, con motivo de los cincuenta años de emisión. Y tengo que reconocer que me ha invadido a partes iguales el recuerdo y la nostalgia del fútbol televisado.
 

Incluso la memoria se nos va a antes de “Estudio Estadio”. Éramos niños cuando existía aquel programa que se llamaba “Ayer, domingo”, que se emitía el lunes, claro, y que repartía la hora de duración entre los toros y el fútbol. Por entonces no había presentadores, solamente se oía una voz en “off” que comentaba las imágenes. Los medios técnicos eran lo que eran, de ahí que algunos reportajes se “comían” goles porque, ocasionalmente, el cámara llegaba tarde a los partidos. 
 

Pero vayamos al programa del otro día. He vuelto a oír nombres legendarios de Televisión Española, empezando por Joaquín Díaz-Palacios (que todavía vive, con noventa y tantos años) y siguiendo por Pedro Ruiz, Mari Carmen Izquierdo, Matías Prats, José Ángel de la Casa (con su Parkinson a cuestas), Jesús Álvarez (recién jubilado)  o el que lo fue hasta hace pocas semanas, el ahora descabalgado por asuntos políticos Juan Carlos Rivero. Todo el periodismo deportivo español está ligado, de una u otra manera, a “Estudio Estadio”, cuyas imágenes añejas y su sonido real nos ha permitido rememorar, entre otras cosas, el recuerdo de “los positivos y los negativos”, que los más jóvenes seguro que no saben lo que son. 
 

Hemos podido ver la evolución tecnológica de la televisión, que ha sido la representación de la historia del fútbol español, sobre todo porque el archivo del ente público televisivo es un saco sin fondo en el que se puede encontrar de todo. Y algo muy significativo, aquella famosa “Moviola”, que siempre fue unida al programa y que lleva asociado también el nombre del árbitro vizcaíno José María Ortiz de Mendíbil, número uno en su época y ya fallecido hace unos años. 
 

Cuando empezó “Estudio Estadio” corrían las primeras semanas del año 1973. Todavía vivía Franco y la televisión era en blanco y negro. Todo evolucionó desde entonces y ahora las cosas no tienen nada que ver con hace cincuenta años, sobre todo en lo que atañe a la tecnología, que empezó a ponerse al día –como todos coinciden- a partir de la celebración del Mundial de 1982, el del “Naranjito”. Ahora, más de cuatro mil programas después, se ha podido celebrar este aniversario. Como dijeron algunos de sus protagonistas: “Larga vida a “Estudio Estadio”.

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