El Real Club Deportivo acumula cinco encuentros en la presente edición del torneo liguero y en cuatro de ellos ha visto como el rival golpeaba primero al introducir el balón en la portería blanquiazul antes de que los herculinos pudiesen hacerlo en la meta adversaria. Esta situación empieza a preocupar a los aficionados al ver que se repite una y otra vez en los partidos programados y a ello se unen los constantes goles recibidos a balón parado.
La derrota sufrida anoche en El Arcángel, la tercera de la temporada, ha generado en el deportivismo numerosas dudas. Enfrente estaba el Córdoba, un equipo que como el RCD regresó este curso a la categoría de plata del fútbol profesional y que llegaba al envite sin ninguna victoria en su contador. El cuadro andaluz con un fútbol rudimentario, se limitó a efectuar centros desde el lateral, consiguió crear peligro en la portería defendida por Helton Leite. Pese a ello, el Dépor no apareció sobre el césped al mostrar una defensa desbordada, un medio del campo inexistente y un ataque sin carburar.
Tras lo padecido, el enfrentamiento del próximo sábado ante el Burgos (Riazor, 18.30 horas) será una piedra de toque para empezar a calibrar a lo qué puede aspirar la escuadra de Imanol Idiakez en la actual temporada. Otro revés, sería el segundo en Riazor en tres partidos tras el primero en la jornada inaugural ante el Oviedo, provocaría un baño de realidad y encendería las alarmas para evitar que apareciesen los fantasmas de la campaña 2019-20 en la que el equipo sumaba cuatro puntos tras la quinta jornada, los mismos que hoy.