El refranero es sabio. Agua pasada no mueve molinos. La que les da la fuerza es la que cae ahora, la que nos moja en este momento.
El discurso de Cano en las últimas alocuciones ante la prensa va en esta línea. No es momento de sacar a relucir las carencias, que las hay. Trabajar para que se vayan solucionando y reforzar las virtudes del equipo, que también están ahí, y son muchas, es el objetivo.
Hoy veremos la pequeña evolución que se habrá obrado, esperemos, y aguardamos también que sea con una victoria ante un rival muy cualificado. Su clasificación no es un hecho puntual o circunstancial. El Sanse sabe a lo que juega y juega bien.
Pero hay que mirar hacia el interior. Es la clave. Los dos partidos con Cano han de desembocar en un tercero en el que se vean más mecanismos, automatismos, ideas de juego. Aun así es poco tiempo para una evolución ‘enorme’ pero es importante que las sensaciones sean de que todo va mejorando, dando pasos hacia adelante, y olvidando el agua pasada.