Dice el tópico que la final de copa es el partido más bonito de la temporada. En la Copa da Coruña es así, con una sede a la altura, el estadio de Riazor. Allí intentarán coronarse campeones el Victoria, equipo de Preferente y el Olímpico, que compite en Primera Galicia.
El duelo estaba previsto inicialmente para el día 2, pero la disputa del Deportivo-Castellón de los playoffs de ascenso a Segunda División imposibilitaba que la final se disputara en Riazor. Los equipos no tuvieron ninguna duda, querían jugar ahí, y encima poder esperar unos días más refrescaba las piernas de los futbolistas.
Y es que ambos conjuntos, muy castigados por las bajas, llegaron fatigados al tramo final de la temporada. El Victoria amarró en la penúltima jornada la permanencia en la exigente Preferente, mientras superaba rondas con oficio en esta competición. Más brillante, por ser una categoría inferior, fue el camino del Olímpico, que tumbó a equipos como el Montañeros en semifinales. En liga llegaron hasta la fase de ascenso, pero el Lalín les apeó.
Esta semana a mayores para preparar el partido les ha servido para recuperar algún futbolista y garantizar un buen espectáculo, ya que hace más de diez días que no compiten. La barra de energía y de ilusión está al máximo.
En el Victoria, las únicas bajas son Samuel, que pese a estar en la recta final de la recuperación de su larga lesión todavía no está para competir, y Plaza, recién operado de un problema de rodilla.
Por parte del Olímpico, la lista es más amplia. Su entrenador, Javi García, no podrá contar con Otero, Alexis, Bruno, Casti, Moi y Candal.
En cuanto a las alineaciones, el Victoria no se saldrá de lo habitual. Todo apunta al clásico 5-2-3, con los jugadores que han traído al equipo hasta aquí (Jano, Pipo, Mauriz, Otero...) llevando el peso. En el banquillo, opciones recientemente recuperadas para la causa como Andrés Pérez, Óscar, Mandayo o Lucas.
En frente estará un equipo que tiene como gran estrella a Maka, un futbolista que lleva más de una década en el club y que siempre asegura estar cerca del gol.
Es la pieza diferencial de un conjunto muy bien trabajado, que intenta imponer siempre su plan de juego: un fútbol atrevido, vertical y que se caracteriza por su fluidez.
Será una final muy importante para un histórico como el Victoria. Claudio Corbillón, su técnico, ya sabe lo que es ganar esta competición en Riazor (lo hizo con el San Tirso en 2019) y ahora intentará hacer campeón a las ‘cebras’ por primera vez. Hasta ahora han llegado a dos finales, cayendo en el año 2006 ante el Vizoño y en 2018 frente al Paiosaco.
El Olímpico sólo ha disputado una vez la última ronda, pero en su caso con final feliz. Venció en 1998 al Portazgo. ¿La primera del Victoria o la segunda del Olímpico? En unas horas saldremos de dudas.
