Hay una circunstancia que trae por la calle de la amargura a los equipos de Tercera Federación cada temporada: los posibles arrastres procedentes de Segunda.
Los arrastres implican que uno (o más) de los equipos que a priori deberían salvarse en Tercera, terminen descendiendo a Preferente. Esto se produce porque la categoría está pensada para que haya tan solo cuatro cambios por temporada: el equipo que asciende directo como primero y los tres que bajan, a cambio de los cuatro que suben desde Preferente. Sin embargo, cuando baja un equipo gallego desde Segunda Federación, esto se altera, provocando en principio un descenso extra en Tercera. El método de salvación que le podría quedar a ese cuarto equipo es que uno de los conjuntos gallegos clasificados para el playoff de ascenso terminase subiendo, por lo que volverían a quedar dieciocho clubes.
La peor casuística posible serían que bajase más de un equipo desde Segunda. Esta temporada se podrían haber llegado a dar que bajase los cuatro gallegos que compiten en dicha categoría, pudiendo provocar hasta siete hipotéticos descensos en Tercera.
Que baje algún gallego a Tercera Federación o a la antigua Tercera División es algo más que habitual. Esta temporada, sin ir más lejos, el Compostela no ha sido capaz de lograr la permanencia y el Coruxo estuvo sufriendo hasta la última jornada para salvarse.
En las últimas diez temporadas, no ha habido ninguna en la que no se produjeran descensos de equipos gallegos en Segunda Federación. La única excepción fue la campaña 2019-20, en la que a raíz de la pandemia del Covid-19 se suprimieron los descensos tras la cancelación de la temporada federativa.
Para ver una temporada de esta categoría sin equipos gallegos bajando hay que remontarse hasta la 2014-15, cuando era todavía la antigua Segunda B. En aquella ocasión, Celta Fortuna, Coruxo, Somozas, Compostela y Racing de Ferrol consiguieron la permanencia, con el equipo ferrolano metiéndose en el playoff de ascenso.
Fue una buena época para los gallegos en esta categoría, ya que el año anterior tan solo bajó uno y en la 2012-13, ninguno. El ahora extinto Club Deportivo Ourense y el Coruxo mantuvieron su plaza en esa temporada.
La tercera campaña de los últimos veinte años en la que no se produjeron descensos gallegos en Segunda B fue la 2006-07. En aquella ocasión, CD Ourense y Celta Fortuna quedaron en la zona baja de la clasificación, pero lograron la permanencia, mientras que el Pontevedra quedó primero de grupo y el Racing de Ferrol, tercero.
La última jornada de Tercera Federación siempre promete emociones fuertes. La de esta temporada no será menos, con hasta cuatro equipos peleando por la salvación: Atlético Arteixo, Barbadás, Valladares y Villalonga.
La de la temporada pasada también fue frenética, necesitando de puntuaciones muy altas para la permanencia. Paiosaco y Rápido de Bouzas llegaban a la última jornada sabiendo que se iba a producir un arrastre debido al descenso del Racing Villalbés. Los vigueses aventajaban al Paiosaco en un punto y la única esperanza de ambos era optar a la décimo quinta plaza y esperar a que un gallego subiera en el playoff de ascenso.
El Paiosaco empezó soñando, ya que a los veinticinco minutos de partido, ellos se pusieron por delante y el Rápido de Bouzas encajó un gol en contra. Sin embargo, el conjunto vigués empató un minuto más tarde y terminó imponiéndose a una Sarriana sin nada en juego por cinco a uno.
Ese resultado condenó al Paiosaco al descenso asegurado a Preferente y dejó con un último hilo de esperanza a un Rápido que también acabó bajando, ya que el Gran Peña no fue capaz de consumar el ascenso durante el playoff, cayendo contra el Salamanca.