Recaló en la UD Ourense en el mercado de invierno en busca de minutos después de un inicio de temporada sin continuidad en el Polvorín, en Segunda Federación, y se está ganando poco a poco la confianza del cuerpo técnico ourensano y de la fiel afición de O Couto. Se trata del delantero David Rojo Toba (A Coruña, 2000), que el fin de semana se reencontrará con uno de sus exequipos, el Paiosaco, donde pasó solo unos meses en 2020 hasta que el COVID obligó a la suspensión de la competición.
El domingo jugáis contra el Paiosaco, uno de tus exequipos. ¿Qué tipo de partido esperas?
Espero un partido muy complicado. Ellos vienen en una dinámica muy buena y con confianza en lo que hacen. Quizás en O Couto opten por esperarnos en un bloque bajo e intentar salir a la contra, aunque también tienen buenos jugadores para tratar de dominarnos con el balón.
El Paiosaco posiblemente esté en el mejor momento de la temporada
El Paiosaco es uno de los equipos más en forma de las últimas jornadas. ¿Os enfrentáis a ellos en el peor momento posible?
En esta categoría las últimas jornadas siempre es complicado sacar los partidos. Además, como bien dices, vienen de ganar cuatro de sus últimos cinco partidos y posiblemente sí que estén en el mejor momento de la temporada. De todas formas, para nosotros la victoria contra el Barco también fue un chute de energía y confianza. Va a ser partido bonito.
¿El hecho de jugar en O Couto hace favorito al Ourense?
Posiblemente sí. Jugar en O Couto con cerca de 2.000 personas que animan y aprietan cuando lo necesitamos es un plus grande para nosotros y que intentamos aprovechar.
El vestuario del Paiosaco era una piña y los más veteranos eran gente ‘top’
¿Qué recuerdos tienes de los meses que pasaste en el Paiosaco hasta la suspensión de la liga por el COVID?
Tengo muy buenos recuerdos. A pesar de que estábamos en una situación clasificatoria complicada, el vestuario era una piña y los más veteranos eran gente ‘top’. Fue uno de los primeros equipos en los que estuve al salir de juveniles y en especial recuerdo que el presidente y el resto de empleados del club me trataban casi como si fuese un hijo y siempre estaban intentando ayudar.
¿Cómo te va desde que llegaste al Ourense?
Muy bien. Es un buen club, el trato con los directivos es muy bueno y hay un gran grupo que me ha facilitado la adaptación. Hemos ganado partidos y estamos en el playoff, que es el objetivo.
Espero acabar bien un año que ha sido bastante complicado a nivel personal
Contra el Barco jugaste tu segundo partido como titular. ¿Estás cogiendo confianza?
Sí, al final ser titular y sentirse importante siempre te da mucha más confianza para seguir trabajando. Espero acabar bien un año que ha sido bastante complicado a nivel personal, sería muy bonito jugar un playoff de ascenso en O Couto.
Sois quintos a falta de cinco jornadas. ¿Habéis echado cuentas de cuantos puntos harán falta?
De poco sirve hacer cuentas. Ahora mismo estamos en playoff y si ganamos los cinco partidos vamos a estarlo por lo que no hay otro camino que ir semana a semana empezando por el de este fin de semana.
¿Has llegado al Ourense con la idea de quedarte más temporadas?
La idea era acabar este año lo mejor posible tanto colectiva como individualmente. En el club estoy muy contento, creo que tiene una masa social digna de categorías más altas, un gran cuerpo técnico y un grupo joven que tiene hambre de pelear por cosas bonitas. Es un buen lugar para seguir creciendo.
Hay proyecto para intentar llevar al equipo a categorías superiores
¿Cómo definirías al club?
Es un club en el que se respira fútbol por todos lados, desde el presidente, que fue un jugador importante en él, como en la gran afición que tenemos. El club está haciendo las cosas bien y hay proyecto para intentar llevar al equipo a categorías superiores.
¿Te hubiese gustado terminar la temporada en el Polvorín?
Por supuesto, yo estaba muy feliz allí, pero veía que entrenaba bien y después no contaba con minutos y decidí salir. Creo que a nivel de cantera el club está haciendo las cosas muy bien, el año pasado ascendimos y en el equipo éramos 18 jugadores gallegos. Por otro lado, dejo muchos amigos, hablo todas las semanas con muchos de ellos y algunos como (Álex) Ramos, con el que iba desde Coruña todos los días, es casi como un hermano para mí.
Ahora que lo ves desde fuera, ¿qué le pasa al Lugo B para tener tan pocos puntos?
Está claro que este año el equipo no ha funcionado, ni con los fichajes de invierno. Yo creo que la marcha del cuerpo técnico del año pasado fue un golpe duro, sabían ayudarnos dentro del campo, pero también fuera de él. Cuando teníamos problemas personales o futbolísticos ellos estaban ahí y tenían a todos los jugadores enchufados y contentos y eso aumentaba el rendimiento individual y colectivo.
