Retira la escayola para poder jugar en Riazor
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Retira la escayola para poder jugar en Riazor

Nano Varela, jugador del Victoria, no quería perderse la final de la Copa de A Coruña por nada del mundo
Retira la escayola para poder jugar en Riazor
El jugador blanquinegro se lesionó el pasado 5 de mayo en un partido contra el Miño | AEC

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Nano Varela (Cambre, 1999), jugador del Victoria, no quería perderse la final de la Copa de A Coruña por nada del mundo. Por ayudar a sus compañeros, por pelear por un título tras una temporada complicada, pero sobre todo por jugar en un campo como Riazor. Hace un mes que una mala caída en un partido liguero frente al Miño le provocó una rotura en el lateral derecho del radio, y los plazos médicos hablaban de que no podría volver a jugar hasta mediados o incluso finales de junio. En principio su temporada había terminado, pero hoy, 5 de junio, estará sobre el verde.


Aunque el jugador cambrés regresó al equipo en el que ya había estado en categorías inferiores con la idea de eludir el descenso y eso finalmente no fue posible, la Copa aparece como una oportunidad para cerrar el curso con celebración. “Pensé que iba a estar bastante peor. Llevaba veinte días o así parado y ahora llevo cuatro o cinco entrenando a tope. Hicimos varios partidos de once para once y bien. Obviamente estoy cuidando la lesión. Al quitar la escayola pusimos una espinillera y lo vendamos todo, pero creo que con un vendaje fuerte será suficiente a no ser que tenga una caída muy fea, que ‘malo será’...”, explica sobre como se encuentra en las horas previas a la final.


La lesión llegó en un momento inoportuno, ya que su equipo necesitaba ganar al Miño para llegar con opciones reales de salvación a las dos últimas jornadas. “En una entrada caigo mal, tuerzo toda la muñeca. Al acabar el partido voy al hospital y ya me dicen que rompí el hueso”, cuenta Nano, que pese a ello disputó quince minutos de la segunda parte con el brazo en cabestrillo: “En cuanto pasó, me empezó a doler pero como estaba en caliente le dije que me lo vendara como sea y acabé la primera parte. Luego en el descanso al estar en frío empecé a tener muchísimo dolor, y dije, aquí me rompí algo seguro. Seguí jugando porque el partido era importante e hice lo que pude con el brazo así, pero el entrenador decidió cambiarme para no correr más riesgos”.

 

Tiempo de recuperación

Como suele suceder con los futbolistas de cualquier categoría, en sus visitas al médico tenía en mente la posible final de Copa, y desde un primer momento trabajó para acortar los plazos. “Tras los resultados de la radiografía, me dijeron que tenían que escayolarme entero y que estaría recuperándome hasta mediados-finales de junio. No dudé en explicar la situación, de que para la liga ya no iba a llegar, pero que agradecería no escayolarlo entero, solo la parte de arriba, para tener más movilidad y así apurar todas las posibilidades. Quien me atendió también había jugado al fútbol y sabía lo que era un partido como este, por lo que me entendió”, desvela.


Aún así, Nano es sincero y reconoce que la recomendación de su traumatólogo es no jugar. “Se ve que se está recuperando muy bien, pero todavía no está al cien por cien”, explica sobre su brazo. 


Una de las claves para entender su decisión es que será su primera vez jugando en Riazor: “Oportunidades así no llegan todos los días. Tengo ganas de jugar en un estadio así. Lo más parecido fue un partido de juveniles en Pasarón, pero no es lo mismo”.


Por su posición en el campo, centrocampista organizador, un campo como ese parece más apropiado para que luzca su habilidad en el pase. “Beneficia a mi estilo de juego, hay más espacios y es una superficie perfecta”, enumera. 


En cuanto al partido en sí, lo espera de la siguiente forma:  “Muy disputado. Creo que los dos equipos nos conocemos bastante bien. Jugué 7-8 años con Segade en el Victoria, era mi compañero de medio campo y ahora tenerlo enfrente, cerca de mi zona va a ser muy bonito. Va a ser muy disputado, los dos equipos vamos a ir con todo para poder ganar y tenemos que prestar mucha atención al balón parado, donde pueden hacer daño. Debemos estar muy concentrados en todo momento”.


Será tan solo su segundo partido en la competición, ya que tras disputar treinta y tres minutos frente al Teixeiro a los pocos días de su llegada, descansó en octavos y cuartos.


Las semifinales, ante el Club do Mar, las ‘sufrió’ desde la grada por la lesión, pero ahora ha llegado su momento. Pese a las dificultades padecidas, Riazor le espera.

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