Óscar Gilsanz: “Nunca se ha hablado de ascenso; la prioridad es promocionar futbolistas”
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Óscar Gilsanz: “Nunca se ha hablado de ascenso; la prioridad es promocionar futbolistas”

Óscar Gilsanz: “Nunca se ha hablado de ascenso; la prioridad es promocionar futbolistas”
Óscar Gilsanz, entrenador del Fabril, esta temporada en Abegondo | patricia g. fraga

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No se conforma. Quiere más. Tras colar al Fabril en la fase de ascenso a Segunda RFEF en la última jornada, Óscar Gilsanz, habla de exigencia máxima en la eliminatoria ante el Ourense.




¿Fue el final de liga soñado?
Veníamos de una buena racha y jugamos el partido como lo teníamos que jugar, con determinación. Los jugadores estuvieron a muy buen nivel, con la confianza arrastrada de las últimas victorias.

Teniendo en cuenta la juventud de su equipo, ¿le sorprendió la madurez de sus futbolistas en un partido en el que había tanto en juego?
Los jugadores de cantera están acostumbrados a jugar este tipo de partidos en torneos y ligas. Soy bastante estable en cuanto a las emociones y, cuando los partidos son decisivos, tratamos de darle la mayor normalidad. Cuando se gana mucho o se sufren malos resultados también intento distanciarme, tener equilibrio y trasladárselo al grupo.

El partido ante el Rápido era una final. ¿Trató de motivar a sus jugadores de forma diferente?
Siempre se tira de alguna motivación, de algo concreto para el partido en cuestión. No creo que algo que se haga diferente vaya a aportar cosas que no se han aportado anteriormente. Se debía trabajar en lo que el grupo creía y cree y darle normalidad sabiendo que era una jornada decisiva pero centrados exclusivamente en nuestro partido.

¿Qué sensación le produce entrar en fase de ascenso?
Alegría y satisfacción. El Fabril debe estar siempre entre los primeros. Después de un buen inicio de temporada no fuimos capaces de mantener la regularidad pero la evolución del equipo y de los jugadores ha sido buena. Estamos satisfechos pero con ganas de un poco más.

A los filiales suelen atragantársele los inicios de liga, pero el Fabril empezó bien y posteriormente dio un bajón.
Fue una temporada con altibajos y desequilibrios, incluso en cuanto al número de efectivos en algunas sesiones. Hemos tenido ciertas dificultades propias del trabajo en una cantera. Fue una temporada muy positiva para el fútbol base del club pero, en el día a día, nos vimos afectados en ciertos momentos. Nos repusimos a tiempo pero hubo algún momento de la temporada en el que nos costó encontrar buenas sensaciones en los partidos.
 
Viendo algún entrenamiento del primer equipo, no fueron pocas las veces en las que el Fabril, que estaba al laido, entrenaba con diez jugadores.
Me recordó a mi etapa en el Laracha, pero era inevitable debido a las circunstancias competitivas de la propia cantera. Era una temporada histórica para el club, debíamos convivir con ello, pero esas cosas afectan.

Es llamativo que el filial de un club profesional trabaje con tan pocos efectivos.
Hubo ciertas dificultades por el calendario competitivo del Juvenil A, sobre todo por la histórica participación en la Youth League. Fue algo muy positivo para el club pero, en algunas semanas, afectaba a nuestro desarrollo. Entrenar por las mañanas también presenta dificultades en cuanto a poder contar con jugadores jóvenes que tienen clase. Son circunstancias con las que hay que convivir y hay que tenerlas en cuenta para todo.

La temporada pasada tenía pocos jugadores en los entrenamientos del Juvenil A porque subían muchos con el Fabril y esta temporada ha tenido pocos con el Fabril porque no han subido.
El Juvenil A tiene una plantilla corta y dificultad para reunir jugadores. Al entrenar por las mañanas, varios jugadores no pueden venir,. Además, hubo cinco semanas de esta temporada en las que la prioridad era la Youth League, como debe ser, lógicamente.

¿Se autoexige más Óscar Gilsanz de lo que le puede exigir el club sobre un posible ascenso?
Nunca se ha hablado de ascenso en el club porque somos conscientes de que la prioridad es promocionar futbolistas y de que cada vez haya más jugadores que tengan la capacidad de poder llegar al primer equipo. La edad media de este Fabril es muy baja, muchos juveniles tienen protagonismo en las alineaciones, tres jugadores como Noel, Trilli y Yeremay ya han dado el paso hacia el primer equipo... Los objetivos del Fabril están más que conseguidos en cuanto a la promoción de futbolistas, pero nuestra función es aumentar el nivel competitivo de los futbolistas con los que trabajamos en el día a día.



La individualidad, para poder emerger, necesita un colectivo fuerte 



Dice que “la prioridad es promocionar futbolistas”. En un filial, ¿el individuo tiene más importancia que el equipo?
La persona siempre es más importante que el colectivo pero tiene que poner sus condiciones al servicio del colectivo. Formamos jugadores y personas, por lo que es muy importante desarrollar al futbolista de una forma competitiva. Y la fortaleza de los equipos no la mejora ningún jugador de forma individual y con esto no me refiero a solucionar partidos. Toda individualidad, para poder emerger, necesita un colectivo fuerte.

Hay quien dice que sus equipos juegan con 1-4-2-3-1 y otros que es un 1-4-4-2.
En fase defensiva, con el equipo replegado, me gusta el posicionamiento en 1-4-4-2. De dónde sacar al segundo jugador que acompañe al delantero es algo que se puede debatir. Con 1-4-4-3, cuando se salta a apretar, suele salir un interior para formar el 1-4-4-2. La temporada pasada, en el Juvenil A, tenía dos puntas y este año he jugado menos veces con dos delanteros. A veces hemos jugado con un mediapunta claro, en otras ocasiones con dos interiores y en fase defensiva uno se sitúa de mediocentro y otro al lado del punta. Incluso en partidos en los que hemos estado por delante en el marcador lo hemos hecho con tres mediocentros porque la situación del partido nos permitía robar y correr. Me gusta que el equipo esté en una estructura reconocible para que los jugadores tengan claro qué espacios deben defender pero, con balón, nos posicionamos de manera diferente en función de la altura o incluso dependiendo de dónde se encuentren más cómodos los jugadores o de dónde creemos que el rival nos va a dejar más espacios.

¿Nájera es delantero o mediapunta?
Para mí, Nájera es un segundo delantero pero ¿qué es mediapunta? Cuando un jugador se posiciona entre líneas, aunque su puesto no sea el de mediapunta está ejerciendo de mediapunta. Cuando un jugador de banda se suelta en un espacio interior entre líneas también es mediapunta. ‘Mediapunta’ es el nombre que se le ha puesto a un jugador que se posiciona entre líneas: puede ser un interior, un extremo que viene dentro, un punta que se descuelga, un mediocentro que se incorpora a la siguiente línea…

En las últimas jornadas, el Fabril ya no solo jugó con doble pivote sino que hubo varios partidos de 1-4-3-3.
Lo hemos hecho en los partidos en los que creíamos que seríamos más difíciles de defender para el rival.
Contra el Arzúa jugó con 1-4-3-3 con Jairo y Nájera como interiores en ataque.
Los equipos nos conocen y el Arzúa nos defendió exactamente igual que el Alondras: modificando la estructura de 1-5-4-1 a 1-3-4-3 para apretarnos en la salida de balón. Contra el Alondras tuvimos muchas más dificultades porque nos sorprendió pero, a lo largo de la temporada, hemos hecho correcciones y contra el Arzúa adelantamos la posición de Nájera para que luego se descolgase y fuese más difícil de seguir por parte de los centrales del Arzúa. Encontramos ese posicionamiento para que pudiese recibir más cómodo.

¿Qué le ha dado Jairo al medio del campo del Fabril en las últimas jornadas?
Nos da juego interior, que es su especialidad. Ha tenido muchos problemas físicos desde la semifinal de la Copa de Campeones de la temporada pasada que le han impedido tener continuidad en los entrenamientos. Llegó al Fabril para darnos algo que creíamos que nos hacía falta: juego interior. A veces más cerca del mediocentro y otras más cerca del punta dependiendo de lo que requiriese cada partido.

Los ataques del Fabril a principio de temporada se producían normalmente por fuera.
Trabajamos mucho esas situaciones de banda porque, a raíz del primer partido de temporada contra el Villalbés, encontramos muchos problemas para atacar a un equipo replegado y en inferioridad numérica. En un mes o mes y medio adquirimos muy buen nivel por fuera, sobre todo trabajando situaciones de uno contra uno, de dos contra uno, de dos contra dos y de tres contra dos y dimos un muy buen rendimiento en el juego exterior teniendo mucha profundidad. Los rivales lo corrigieron y pasaron a defendernos mejor por fuera. La aportación de Jairo viene por ahí.

El Fabril ha sido el segundo equipo menos goleados de la liga. Siempre ha sido una seña de identidad de Gilsanz.
No sé si hay un entrenador que no tenga como objetivo encajar poco. Todos tenemos el objetivo de recibir pocos y marcar muchos.

En el partido que remontan al Polvorín, el Fabril situaba hasta a tres jugadores pegados a la línea de banda.
Es una solución que manejamos: sobrecargar una zona en la que creemos que el rival va a tener más dificultad para defendernos. Contra el Polvorín, incluso la manera de defender fue diferente por la gran cantidad de jugadores que situaban por dentro en el 1-4-4-2 en rombo. Creíamos que no podíamos quitar muchos jugadores de dentro para presionar alto y apretamos de una manera diferente sin que fuese el punta el que tuviese protagonismo en la primera presión y sí los extremos obligando a tener muy largos a nuestros laterales. Son pequeñas variaciones dentro de un comportamiento estructural que solemos mantener.

¿Es difícil de gestionar el vestuario de un equipo que está a las puertas del primer equipo?
Cuando se gestionan personas hay que tratar de dar normalidad. Hay jugadores más alegres, otros que exteriorizan más o menos… He intentado dar normalidad a todos los vestuarios y no he tenido mayores problemas. El del Fabril es un vestuario sano pero estar a las puertas del primer equipo del Deportivo genera una atención exterior mayor. En un partido juegan ante 20.000 personas y la semana siguiente ante 100 y contra jugadores no profesionales. Me gusta destacar a los futbolistas que están enfrente y que en su día han estado en nuestra piel, que han dado muy buen rendimiento en el Fabril, anteriormente para que vean la dificultad que tiene llegar al fútbol profesional. No creo que al jugador le siente bien vivir en la burbuja del fútbol profesional.

¿Debe ser más o menos cercano con el futbolista de un filial que cuando entrenaba, por ejemplo, al Villalbés?
Las inquietudes que tiene un jugador de 18 años no son las mismas que uno de 32 que al día siguiente tiene que ir a trabajar, levantar a sus hijos para llevarlos al colegio o cambiar un turno de trabajo para poder jugar un partido. Cada conversación con una persona es intuición. Debes ser tú mismo y transmitirlo.

¿Qué diferencias existen entre entrenar al Juvenil A y al Fabril?
Entreno prácticamente a los mismos futbolistas que la temporada pasada. La diferencia es que están en otro escalón. Un jugador del Juvenil A del Deportivo sabe que está al máximo nivel. En el Fabril, también, pero enfrente hay otro tipo de equipos. Esa es la dificultad.

¿Hay demasiada prisa desde el exterior?
Sí, pero es normal. El aficionado quiere ver rápido, pronto y cuanto antes lo que vio de Mella el domingo pasado. No creo que sea presión para los entrenadores ni para el club. Es una buena señal que la gente pida a los jugadores de la cantera. A partir de ahí, los profesionales somos los que debemos llevar al jugador por el camino que más le conviene y no por el más rápido.

El aficionado pide a Mella, pero es juvenil de primer año y no en todos los partidos del Fabril ha brillado.
En jugadores tan jóvenes, lo normal es tener altibajos en su proceso de formación. El sentido común funciona en todos los aspectos de la vida.

¿Ha sido el Polvorín el mejor equipo de la liga?
Sí. A lo largo de la temporada fue el que más puntos hizo y nadie los regala. Además, ha tenido la posibilidad de desprenderse de dos futbolistas en el mercado de invierno e incorporar a otros dos o tres. Fue el mejor equipo, sin duda.

¿Qué opina sobre lo del Polvorín y el Ourense en la última jornada?
El horario unificado se debe respetar, pero en ese momento no sé cuál fue el criterio a seguir.



Nuestra función es aumentar el nivel competitivo de los futbolistas en el día a día



¿Y si el Fabril hubiese estado implicado?
Entiendo que la gente se haya quejado y que haya malestar pero no conozco la normativa para saber qué se tendría que haber hecho en esa situación.

¿Ha disfrutado de la Tercera como cuando era entrenador del Villalbés?
La disfruto exactamente igual pero la pandemia, el número de equipos y las diversas suspensiones han hecho que las semanas fuesen más complicadas.

¿Qué ha aprendido esta temporada?
Todos tenemos que hacer un esfuerzo para mantener en valor la Tercera RFEF. Aunque la categoría se ha debilitado porque ahora hay varios equipos en Segunda RFEF que llevaban varios años en Tercera y porque hay unos 80 jugadores que en las últimas temporadas estaban en Tercera y ahora en Segunda RFEF, la categoría es muy igualada. Es la primera categoría del fútbol gallego.

A nivel personal, ¿fue un día especial el del domingo?
La última jornada siempre es especial. Cuando llevas tantos meses trabajando para obtener un buen rendimiento y, al final, consigues clasificarte para el ‘playoff’ sientes satisfacción. Es mi segunda fase de ascenso en Tercera RFEF y eso también hizo que el domingo fuese especial.

¿Qué fue lo primero que hizo tras el pitido final?
Lo primero casi siempre suele ser ir al vestuario. Cuando se gana, menos, porque no hace falta. Cuando se pierde, más, porque considero que es necesaria más presencia. A partir de ahí, saludo a mi familia, que siempre viene a los partidos de casa y el domingo me fui con el cuerpo técnico a tomar algo para relajarnos un poco pero pensando y hablando ya de la semana y del próximo partido.

Cuando encendió el teléfono, ¿qué se encontró
Muchas felicitaciones de amigos. No salí a celebrarlo y, al llegar a las casa a las diez y pico de la noche, contesté a todas las personas que me habían escrito y que le dan sentido a esto porque demuestran que me aprecian y que me siguen.

¿Cuál ha sido el peor trago que ha tenido que pasar esta temporada?
Cuando por una jugada o un gol pierdes puntos importantes que crees que le servirían al equipo para seguir creciendo, lo pasas mal, pero hay que darle normalidad a esas situaciones.

¿A la derrota también le da normalidad o se le nota que ha perdido su equipo?
Se me notaba más cuando empecé a entrenar. Cuando estaba en el Betanzos lo digería peor. A veces salgo enfadado, otras muy enfadado, pero veo las derrotas con una perspectiva más amplia. Esto fútbol y se trata de trabajar para competir, competir para ganar pero puedes ganar, perder o empatar.

Cuando fue a ver los partidos de Youth League, ¿se sentía partícipe?
Sí. Además, el club tuvo un gran detalle al invitar al palco a todos los entrenadores que habían entrenando las generaciones que estaban jugando la Youth League. Sentí que yo era uno de los menos partícipes porque solo había estado un año con ellos.

¿Su futuro en el Fabril va a depender de lo que suceda en la fase de ascenso?
No lo sé, pero no lo creo. Me queda un año más de contrato, estoy a gusto y espero que no dependa de esto.

¿En qué medida se implica el entrenador del filial en que el primer equipo pueda ascender?
Todos los que estamos en el barco del Deportivo sabemos que el foco principal de atención es que el club recupere el fútbol profesional. Para todos es muy importante que le vayan bien las cosas al primer equipo y en ese sentido no hay ninguna fisura.


No creo que al jugador le siente bien vivir en la burbuja del fútbol profesional

fútbol y se trata de trabajar para competir, competir para ganar pero puedes ganar, perder o empatar 

Óscar Gilsanz: “Nunca se ha hablado de ascenso; la prioridad es promocionar futbolistas”

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