Miguel Corral: “Mi cabeza me decía que si no venía a Panamá, me iba a arrepentir toda la vida”

Un total de 7.946 kilómetros de distancia separan a A Coruña de Chitré, una ciudad de Panamá, de la provincia de Herrera, donde Miguel Corral Torreira (A Coruña, 1991) aterrizó hace dos meses para comenzar una nueva aventura en los banquillos. El joven técnico, que protagonizó tres grandes campañas con el Ural en División de Honor juvenil, decidió aceptar la propuesta del Herrera FC, un club del interior del país, a cuatro horas de Panamá City, que compite en Primera División de categoría profesional (LPF Tigo Sports).

Miguel Corral ejerce las funciones de entrenador asistente del primer equipo y primer entrenador del equipo reserva, un conjunto sub-20 que compite en la Liga Prom de Panamá, donde están los filiales de los equipos de Primera División. “Mi cabeza me decía que si no venía, me iba a arrepentir toda la vida”, reconoce el coruñés.  

¿Cómo te llegó la opción de ir a entrenar a Panamá?

Durante la temporada pasada surgió la posibilidad de salir de Galicia y continuar en la División de Honor Juvenil en una cantera profesional. Estaba todo hablado, pero hubo cambios en el club y no se pudo cerrar. A partir de ahí, apareció una opción de Tercera RFEF en Extremadura. Y por el medio, una agencia de representación que me conoce de mis años en el Ural, me comentó la posibilidad de salir fuera de España. Surgió la posibilidad de Panamá, me presentaron un proyecto muy atractivo para trabajar con Calleja, al que casualmente yo ya había conocido también por medio de la División de Honor. Él venia de trabajar en Segunda División en Grecia en el Olympiacos Volos, hablamos y todo fue muy rápido. Firmamos un contrato de un año con el club.

¿Qué te llevó a aceptar la propuesta y salir de España?

Quería vivir una nueva experiencia que me hiciera crecer a nivel personal y como entrenador. Salir de la zona de confort, ver otra cultura, conocer otro país, ver cómo funciona un vestuario profesional y aprender de la gente que me rodea en el día a día, pero sobre todo levantarme por las mañanas para hacer lo que más me gusta. Mi cabeza me decía que si no venía, me iba a arrepentir toda la vida.

Predomina el juego directo, de duelos;  nos contrataron para cambiar eso

¿Desde hace cuánto estás en Panamá? ¿Fuiste solo?

El viaje fue muy largo. El día 15 de junio salí de mi casa. Primero Coruña-Madrid y desde Madrid, 14 horas de vuelo a Panamá City. El 16 de junio aterricé en el aeropuerto de Tocumen en Panamá City. Ahí me recogió un empleado del club y después de 5 horas más de coche llegamos a Chitré, donde me instalé y hasta hoy. Yo viaje solo, aquí me esperaban los otros dos españoles con los que vine, ellos llegaron unos días antes. Siendo español, la entrada en el país es relativamente fácil. El club me envió los billetes y una carta de invitación para presentar en la aduana y poder entrar. Una vez en Panamá, por medio de la gente del club con el contrato de trabajo, obtienes el permiso de residencia.

¿Cómo fueron los primeros días?

Los primeros días fueron de adaptación, conocer el club, a los empleados, a los dueños, al director deportivo, a los futbolistas y la otra parte del cuerpo técnico que son de Panamá. Los españoles son de Cantabria, del Norte, gente auténtica. Son mi familia aquí. Calleja y Jon Maza, el preparador físico, que también trabajo en Grecia y en Segunda B en el Laredo. Estamos todo el día juntos y así te adaptas mejor.

¿Cómo fue esa adaptación al Herrera FC?

El fútbol es fútbol en Coruña, en Panamá y en todo el mundo. Al club me adapte muy rápido, quizás hay peculiaridades del fútbol panameño a las que te tienes que adaptar.

Tengo toda la vida para estar en Coruña, pero Panamá era ahora o nunca
 

¿Qué objetivos tiene el club y por qué crees que te ofrecieron la propuesta?

El club está en crecimiento. La temporada pasada fue subcampeón jugando la final en el estadio Rommel Fernández frente al club más histórico de Panamá, el Tauro, y por un punto no se clasificó para jugar Champions Concacaf. Los dueños del club son gente muy seria, gente de negocios, que quieren ir dando pasos. El director deportivo, Cristian Vega, conoce mucho el fútbol panameño. Fue un futbolista profesional e internacional por Panamá. A nosotros nos contrataron para instaurar una metodología y una idea de juego. Por eso trabajamos con el equipo filial, el Promesas, y con el primer equipo.

¿Y tú qué metas te marcas de cara a esta experiencia?

Nuestra meta es poder cumplir los objetivos que el club nos marcó. El club nos hizo mucho hincapié en el trabajo con los chicos del filial y estamos disfrutando mucho con ellos. Hay algunos internacionales en las inferiores de Panamá y varios que entrenan habitualmente con el primer equipo. Siempre hablamos que es una maravilla entrenar con ese equipo, los entrenamientos con esos chicos son de un nivel muy alto. Por otro lado, con el primer equipo ojalá podamos jugar playoff, tenemos futbolistas con experiencia como César Reyna, que viene del Alcorcón B, o Vuko Vujovic, de Primera de Grecia, por ejemplo.

Mi vida ha cambiado mucho, pero es un cambio que yo buscaba

¿Qué balance haces de tu estancia en estos dos meses?

El balance es muy positivo, está siendo una gran experiencia a nivel personal y deportivo. Salga bien o mal, es algo que te va a quedar para siempre. Tengo toda la vida para estar en Coruña y seguir trabajando pero Panamá era ahora o nunca.

¿Ves tu futuro a medio plazo en Panamá o al menos lejos de España?

Aquí tenemos un año de contrato. Ahora estamos jugando el torneo clausura 2022 con el primer equipo y el filial y tenemos contrato para jugar el torneo apertura también. No pienso en el futuro, pienso en disfrutar esta experiencia al máximo y levantarme feliz todas las mañanas como lo hago aquí.

Tu vida ha cambiado radicalmente en los últimos meses. ¿A qué te agarras cuando te coge la morriña?

Es cierto que mi vida ha cambiado mucho, pero es un cambio que yo buscaba, incluso pedí una excedencia laboral. Estoy muy bien y feliz. Es cierto que hay días que echas de menos a la familia y a los amigos. Sobre todo el día que tienes libre, es cuando más piensas. Hablo todos los días con mi familia y con mis amigos de verdad y eso ayuda. Hay siete horas de diferencia con España, el cambio es grande. Durante la semana no tienes mucho tiempo a pensar.