Manuel Tato Temprano es muy conocido en los ambientes futbolísticos de la ciudad de A Coruña. Ello se debe en gran medida a su amor incondicional por el Real Club Deportivo y su pasión por la pizarra, lo que le ha llevado a ser entrenador de varios equipos y director deportivo de clubes de la capital herculina. Actualmente Tato ejerce su labor al frente del conjunto cadete del Club Torre, que milita en la Primera Autonómica.
dxt campeón estuvo con él para hablar de esta epata que se inició el pasado mes de noviembre cuando decidió aceptar el ofrecimiento de la directiva de la entidad arlequinada.
Ha estado con anterioridad en otros clubes. ¿Qué le ha llevado a aceptar la oferta del Torre para dirigir el equipo cadete?
Como bien dices, he estado en otros clubes en anteriores etapas de mi carrera deportiva. La última se cerró de una manera que no me gustó, ya que la pandemia paralizó las competiciones de una manera abrupta y quería sacarme este mal sabor de boca. Rocha (director deportivo del Torre) se puso en noviembre en contacto conmigo para ofrecerme dirigir al equipo cadete y acepté la propuesta.
¿Se lo pensó mucho?
No me lo pensé mucho ya que yo vivo en el centro de la ciudad, a cinco minutos de la sede del club, y tengo un gran trato con los directivos del Torre. No obstante, si te soy sincero, el motivo principal es que a estos jugadores los entrené en edad infantil y, mira que caprichosa es la vida, tengo una nueva oportunidad de volver a estar con ellos y por ello no lo dudé.
¿Cómo es el grupo?
La plantilla la forman veinticinco jugadores y los veo muy motivados e involucrados en los entrenamientos que realizamos a pesar de las dificultades que tenemos para hacerlos ya que nos ejercitamos en un cuarto de campo durante dos horas a la semana.
¿Qué objetivos se ha marcado para este curso?
Como dije antes, cogí el equipo el pasado mes de noviembre lo que ha hecho que la preparación se iniciase más tarde de lo habitual. Esta circunstancia nos ha hecho ir un poco a remolque con otros equipos de nuestro grupo. Mi principal objetivo es que mis futbolistas disfruten jugando al fútbol, que crezcan deportivamente y que aprendan a competir. Luego, como es lógico, que adquieran mayores conocimientos tácticos y que pulan todavía más sus condiciones técnicas.
¿Lo consigue?
Sí, sí. Aprecio que la evolución de los componentes de la plantilla es la adecuada y veo a los jugadores con mayor descaro sobre el campo, tomando decisiones y levantando la cabeza. Creo en el equipo y, después de una dura pandemia y salto de categoría, día a día mejora en calidad y entusiasmo. Estoy muy contento de lo que hemos avanzado desde mi llegada al equipo.
¿Parece un grupo muy unido?
Es cierto y la muestra es que a los entrenamientos no falta ningún jugador. A ello se une que en las convocatorias sólo pueden ir dieciséis miembros de la plantilla de los veinticinco, algo que me duele en el alma al tener que dejar nueve fuera. A pesar de ello, los que no se visten de corto están en la grada presenciando los partidos.
¿Y los padres?
Hablan conmigo y están contentos con la labor que realiza el club, algo gratificante.
Decía que tiene veinticinco jugadores. ¿Cómo se lleva con la totalidad de ellos?
Esto es como todo, pero se debe destacar que son chavales de catorce años (cadete de primer año), una edad muy compleja. Por ello yo intento ser como un padre para ellos. Tenemos momentos con bromas, en los que todos nos reímos, y también más serios, que son los menos, en los que me enfado y me muestro firme. Así, es habitual que acabe afónico los partidos y los entrenamientos que tenemos. Pero me respetan y demuestran su predisposición para aprender.
¿Se ve la próxima temporada al frente de estos jugadores?
Este proyecto es algo a largo plazo y mi ilusión es acabar este curso y poder seguir con estos jugadores en su segundo año en la categoría. Para mí ha sido una gran alegría volver a la que considero mi casa con este grupo de jugadores.