Joao Paulo: "Cuando estaba lesionado me volvía loco al no poder ayudar"
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Joao Paulo: "Cuando estaba lesionado me volvía loco al no poder ayudar"

Joao Paulo: "Cuando estaba lesionado me volvía loco al no poder ayudar"
Joao Paulo acudió a las instalaciones de dxt campeón en el Palacio de la Ópera | Mónica Arcay

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Pensar en el delantero más reconocible del Silva desde que es equipo de Tercera Federación es pensar en Joao Paulo, en su peinado moldeado con gomina, en sus testarazos, en sus goles, en sus celebraciones, en centrales incómodos por su juego de espalda. El delantero brasileño ha sufrido un calvario con las lesiones en las últimas temporadas pero en las dos últimas jornadas, saliendo desde el banquillo, ha aportado goles.

Después de una temporada marcada por las lesiones, ¿duelen menos después de haber marcado en los dos últimos partidos?
Sí, me duele menos. Las sensaciones de un futbolista son así. Vuelvo a tener confianza después de estar mucho tiempo lesionado. Necesito minutos para coger ritmo y Javi me los está dando. El hecho de estar marcando goles, teniendo en cuenta que soy delantero, me da un plus de motivación.

 

Al final va a ser cierto eso de que ‘goles son amores’.
Para un delantero lo es todo. A veces, no juegas bien, pero marcas y eso ayuda al equipo. También pasa que puedes hacer un partidazo pero no marcas y la gente te machaca.

 

Su recuperación habrá sido una alegría enorme en el equipo. 
Puede que en otro equipo tu compañero de posición esté contento si tú estás lesionado, pero en el Silva somos una familia. Todos me decían que me necesitaban, que tenía que recuperarme cuanto antes y eso motiva mucho.

 

Se han disputado tres jornadas de la segunda vuelta y Joao aún no ha sido titular.
Yo trabajo para ser titular, pero lo principal es estar bien. Sé que no estoy al 100% a nivel físico porque llevo cinco o seis meses parado por diferentes lesiones. Poco a poco estoy disputando minutos, cogiendo confianza y, cuando el míster me necesite, estaré a su disposición, ya sea para jugar los 90 minutos, para 60 o, como estoy haciendo ahora, para tramos de las segundas partes. Todo futbolista quiere salir de titular, pero no debemos precipitarnos. 

¿Se pasa peor en la grada o en el banquillo que en el campo?
Sí, se pasa peor y más aún teniendo en cuenta que el equipo está en una situación complicada en la clasificación. En casa debemos ganar sí o sí y fuera intentar sumar. Lo pasé mal el pasado domingo contra el Choco porque era un partido que no debíamos perder. Necesitamos aprender de los errores que hemos cometido porque, a partir de ahora, todos los partidos serán finales para nosotros. 


Perder contra el colista y en casa habrá sido un golpe anímico importante.
Por mucho que el Choco esté en el último puesto, es un buen equipo, con jugadores de nivel alto para esta categoría. A mí me ha gustado. Nos faltó un punto de intensidad y eso es algo innegociable en el Silva. Si salimos con la intensidad necesaria, sobre todo en casa, la primera y la segunda disputa caen para nosotros y eso inclina los partidos hacia nuestro lado desde los primeros minutos. Jugásemos bien o mal, ese punto de agresividad nunca faltaba. Tenemos que cambiar el chip desde el más joven al más viejo.


¿Están siendo injustos los resultados con el Silva?
Hicimos una buena pretemporada, recuerdo un gran partido de Copa contra el Compostela, y empezamos la liga con dos victorias seguidas y un empate en la tercera jornada. Teníamos la confianza de que podríamos hacer una buena campaña y estar en la parte alta pero empezamos una mala racha que se alargó demasiado. El equipo no tendría que estar en la posición que ocupa, pero cuando empiezas a perder y perder cuesta salir de ahí.

 

¿Por qué se ha complicado tanto esta temporada?
Es muy complicado encontrar una explicación. En algún partido hemos salido con menos intensidad; en otros, como el del Choco, un poco despistados o con una falta de atención en un balón parado, y al final son tres puntos menos.

 

¿Se puede decir que este Silva es el menos Silva de los últimos años?
Lo he hablado con Fiuza, con David García y con otros compañeros: para mí, esta temporada tendríamos que estar en los cinco o seis primeros puestos porque tenemos equipo para ello. Entrenamos súper bien, incluso mejor que en otras temporadas, y la plantilla es muy compensada. Si no está un delantero, juega otro de garantías. Si falta un mediocentro o un central, lo mismo. Hasta el propio Javi (Bardanca) comentó hace tres semanas que los jugadores se lo estábamos poniendo difícil para elegir a los once titulares.

 

¿Hay más calidad individual en la plantilla?
Hay mucha calidad en el equipo pero, al final, cometemos errores, pequeños detalles que nos están castigando. Debemos competir al máximo nivel, tratar de ganar los duelos y, si no es así, saber que habrá un compañero que ganará la segunda disputa. Antes, los equipos tenían mucho respeto al Silva. Muchos dicen que el Silva no juega a nada, que es balón arriba para que el delantero lo baje, pero venían a A Grela con miedo.

 

El Silva ha estado nueve jornadas consecutivas sin ganar.
Fue una racha dura. Te quita confianza porque vas al siguiente partido con la presión de tener que ganar sí o sí, pero somos el Silva, una familia. No es cualquier club en el que si lo haces mal en dos partidos te sentencien. En mi caso, que llevaba meses sin poder estar al nivel, siempre me han dado tranquilidad y confianza. 
 

¿Cómo gestionaban a nivel interno esos meses sin ninguna victoria?
Yo estaba lesionado y me volvía loco al no poder ayudar. Le decía a Javi: míster, yo quiero empezar cuanto antes. Voy a buscar un médico privado que me mire. Yo llegué con el Silva en Tercera y, como mínimo, quiero dejarlo con el equipo en la misma categoría.

 

Quedan doce jornadas. ¿Por dónde pasan las opciones de permanencia del Silva? 
Hay que cambiar el chip. Tenemos que volver a ser el Silva de siempre, pero no estamos muertos. Tenemos que quedarnos con la parte positiva de esa mala racha y dar un plus en todas las líneas del campo.

 

¿Ha habido reunión para tratar ese “cambio de chip”?
A veces se habla mucho fuera pero no se hace en el campo. Hemos tenido una reunión en la que hemos llegado a la conclusión de lo que debemos cambiar. El entrenador ha hablado con los jugadores, pero entre nosotros también comentamos las cosas porque la permanencia depende de nosotros; de los once que están en el campo y de los que están en el banquillo. El entrenador puede acertar o fallar en un cambio o en la manera de plantear un partido pero, si nosotros no tenemos la actitud necesaria, los resultados no van a mejorar.

 

A Joao Paulo le está tocando ejercer de revulsivo en las segundas partes.
Para mí los suplentes son más importantes que los titulares porque tienen que salir a muerte para cambiar los partidos.

 

¿Le echó la bronca a Chechu por fichar dos delanteros en el mercado de invierno?
Todo lo contrario. Eso es algo que me motiva más. La plantilla necesitaba refuerzos arriba. Álvaro es muy bueno pero, a mí, me gusta más en banda. Lo mismo Isaac. Conozco a Rodri, que es un delantero más de espacios, pero a Omar no. Necesitamos gente que venga a sumar. 

 

 

“No me veo sin jugar; es algo que me da la vida”

Han pasado ocho años desde el fichaje de un desconocido brasileño, de nombre Joao Paulo, por el Silva.
 
Ocho temporadas en el mismo club, algo que no suele verse en el fútbol actual.
Tuve la oportunidad de volver a Brasil, me llegó alguna oferta, pero no tenía 20 ni 25 años, ya tenía 30. Empezaron a venir más brasileños al club y fue más fácil ir renovando temporada a temporada. Hice una gran amistad con Chechu, me dio confianza y un paso muy importante fue el poder traer a mi familia. Quería construir algo en A Coruña, intentar algo diferente. Estoy en una ciudad en la que hay de todo. He pasado por muchos sitios en los que el fútbol era como una naranja: cuando tiene zumo, todo va bien, pero cuando se queda sin él y te lesionas, te echan. Llevo tres años con varios problemas físicos y Chechu y Javi podrían haberme dicho: Joao, tienes una edad, estás lesionado continuamente y creemos que es mejor que no continúes. En cambio me dijeron que me recuperase, que me tomase el tiempo que necesitase. Yo les dije que, si era necesario, dejaría mi ficha libre para poder traer a otro jugador. ¿Qué entrenador o qué club hacen eso por ti?

 

En su día, arriesgó fichando por un Silva que era un club prácticamente desconocido en el panorama gallego.
Yo quería jugar en España y uno de los motivos era mi abuelo, que nació en Cádiz y se fue para Brasil con 20 años. Tenía el sueño de conocer España y fichar por un club español. Conocía a Murilo (jugador del Betanzos), que estaba en el Silva, y me dio confianza. Me dijo que Chechu siempre cumpliría conmigo.

 

Y ya no quiso irse.
Estoy muy a gusto aquí. Es totalmente diferente a Brasil, sobre todo por la seguridad. Mi mujer puede ir a dar un paseo a las diez de la noche por el paseo marítimo. Soy un enamorado de mi país, pero no estaría tranquilo por la noche llevando el teléfono en la mano, el reloj... Aquí la vida es mejor para mi hijo. Tiene su guardería, su colegio y la salud es diferente.

 

Solo Marcos y Damián continúan en el club desde su primera temporada en el Silva.
A Marcos le dije alguna vez: tú muy eres bueno, ¿por qué no vas a jugar a Segunda B? Nunca quiso. Tiene su trabajo, su vida hecha y está a gusto en el Silva. De los número ‘10’ es de lo mejor de la categoría temporada tras temporada. Damián me hablaba de lo mismo, que esta es su casa.

 

En julio cumple 38 años. ¿Va a seguir habiendo Joao para rato?
Espero que me lo permitan las lesiones porque no me veo sin jugar. Es algo que me da la vida. 

 

 

“Me tranquiliza que me hijo crezca en España”

Joao está totalmente adaptado a la vida en A Coruña, donde ha querido construir una vida para su familia.
 
¿Es feliz?
Soy feliz, muy feliz. Por eso llevo tantos años aquí. Seguiré aquí hasta que me echen. Y si no puedo jugar, por el motivo que sea, seguiré yendo a A Grela los domingos por la mañana para estar con mi familia. Seguirá trabajando, seguiré en A Coruña.

 

¿Qué ha encontrado en A Coruña que no tenía en Brasil?
Seguridad y salud. Me tranquiliza que mi hijo crezca en España. A mí nunca me pasó nada allí y si no tuviese mujer e hijo seguiría allí.

 

¿Qué es lo que más echa de menos de su país?
La familia, los amigos, el verano...

 

La palabra que más ha pronunciado en esta entrevista es “familia”.
Si pudiese traer a toda mi familia para aquí, lo haría. Para mí es lo más importante.

Joao Paulo: "Cuando estaba lesionado me volvía loco al no poder ayudar"

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