Fabio Rodríguez (20/07/1986), ha renovado recientemente con el San Tirso. En realidad lo había apalabrado ya hace tiempo, a principios de la segunda vuelta, pero ahora ya es oficial que dirigirá al equipo de Abegondo. Será su segunda temporada al frente, tras firmar un magnífico resultado -un quinto puesto- en la primera.
En la anterior entrevista que concediste a este diario, decías que tu compromiso con el club era continuar juntos independientemente de la categoría. Y al final, quintos.
En ese momento estábamos en un tramo complicado del calendario, aunque no había tanta preocupación porque el nivel de juego era bueno. Pero que la directiva te quiera renovar porque considera que el equipo está bien te da aún más tranquilidad.
Haciendo un repaso de la temporada, iniciasteis con 4 victorias, 2 empates y 4 derrotas. A simple vista un poco irregular pero, ¿cómo estaban siendo las primeras sensaciones?
Nosotros en pretemporada intentamos darle forma al modelo del juego en casa, ya que sabíamos que tenía que ser nuestro punto fuerte, lo que nos diera los puntos para la salvación. Y bueno, lo primero fue lo que vimos desde el principio, una liga igualada y complicada. Nos centramos en competir semana a semana y sacar puntos desde el primer día.
Entre la jornada 11 y 20 el equipo sólo perdió dos partidos, iba evolucionando.
Sí, porque también soltamos la presión de ganar fuera de casa. Empatamos en casa contra buenos equipos,
ganamos 0-2 en el campo del Residencia y en Rianxo, el equipo encajaba poco, etc. La verdad es que muy bien, una primera vuelta con 29 puntos. Tuvimos alguna mala racha, pero también acabamos con cuatro victorias y un empate en los últimos cinco partidos, que fue lo que nos posicionó ahí.
Nos centramos en competir semana a semana y en sacar puntos desde el primer día
Sí, porque ese primer mal momento de cuatro derrotas seguidas lo rompéis con un 0-5 en O Pino y un 1-0 al Noia, uno de los candidatos al ascenso.
Al final esas derrotas fueron 1-0 en Dubra en el descuento, 1-2 en casa con la Sarriana en el 89’ y 1-0 en Betanzos. Salvo el del Sigüeiro, que fue nuestra única mancha, con una segunda parte en la que no estuvimos a la altura, en el resto de los partidos competíamos, teníamos opciones, nadie ‘nos pintó la cara’, como digo yo. Al equipo le ‘jode’, porque anteriormente no habías perdido dos seguidos y notas un poco de inquietud en los jugadores. Pero llegamos a O Pino y teníamos claro que si competíamos como las semanas anteriores, podíamos romper la racha. Nos reforzó muchísimo esa victoria y la siguiente con el Noia también. Fue un punto de inflexión.
Pero antes del gran final de temporada volvisteis a estar cuatro partidos sin ganar. ¿Tuvisteis dudas ahí?
Estábamos en una posición cómoda gracias a las dos victorias que comentamos y vino ese tramo de Semana Santa. Tuvimos muchas bajas, hasta nueve en algún partido. Y esa semana de tres partidos no la preparamos tan bien. Otros equipos tampoco, pero echamos en falta a mucha gente. También nos llegó un poco la precipitación de saber que nos faltaba poco para alcanzar la permanencia virtual.
Lo que comentas de la Semana Santa son cosas que pasan en estas categorías, ¿no?
Sí, a ver, así como en algunas posiciones no teníamos bajas, en otras tuvimos muchas durante el año. En los laterales fue un hándicap importante, sobre todo en la primera vuelta en campos grandes, porque Gamallo, que es un central puro, tuvo que jugar unos 15 o 16 partidos de lateral izquierdo. En condiciones normales tenían que haber sido dos o tres. También un mediocentro como Lucas Ferreiro tuvo que jugar 5 partidos de central.
La idea del pichichi de Denis surgió en el descanso
Para terminar llegó esa racha que os hizo subir tanto en la tabla. ¿Cómo vivisteis el tramo final del curso?
Cuando conseguimos la victoria en Sofán, y la victoria con el Órdenes en casa, logramos la permanencia virtual. A partir de ahí nuestro objetivo, viendo los enfrentamientos directos que había y el calendario de algunos equipos, fue intentar sumar lo máximo posible para subir posiciones. Habíamos quedado fuera de la Copa de A Coruña contra el Montañeros, por lo que el incentivo del último mes era intentar superar la mejor posición del San Tirso, que era un decimosegundo puesto. La mira era la sexta plaza, pero al final por los resultados y las circunstancias conseguimos el quinto puesto y encantado.
Otro aliciente que teníais al final era que Denis lograra el pichichi, ¿no?
Bueno, surgió en el descanso en Fisterra. Había marcado dos en la primera parte, nos veíamos muy superiores y era un reto para la segunda. Es un grupo increíble, se volcaron en buscarlo continuamente, siempre respetando al rival, que estaba en una situación delicada, descendido y con tres o cuatro juveniles en el campo.Hicimos lo que teníamos que hacer, nuestro trabajo, y se dio. Lo dejé en el campo porque le hacía ilusión y me alegro por él, un chaval excepcional.
Estamos en junio y aún no habrás pensado en eso pero, para la próxima temporada, ¿el objetivo es la permanencia o queréis dar un pasito más?
El club siempre tiene los pies en el suelo y lo que buscaba en este proyecto es asentarse en la categoría e intentar no sufrir como lo hizo los años anteriores, salvándose en la última o penúltima jornada. Este lo conseguimos cuando quedaban cuatro, con una clasificación encima muy buena, y no te voy a engañar, a mí me gustaría volver a repetir la puntuación que hicimos este año, la firmo el próximo. ¿Qué pasa? Que cada año es diferente, a lo mejor uno que cuentas estar mejor no lo consigues, otros rivales y compañeros lo hacen mejor, y este año que a lo mejor teníamos un poquito más de miedo e incertidumbre por la apuesta de tanta gente joven, pues fue mejor. ¿Que te diría como objetivo? Lo primordial, salvarnos y no sufrir.
El equipo que venga a O Monte a puntuar tiene que estar muy concentrado
Vuestro campo es de dimensiones reducidas. ¿Planteas los partidos distinto en casa que fuera?
Sí, muy distinto. Te puedo decir que casi completamente diferente. Opuesto. En casa basamos el partido en mucho más juego directo. También tenemos ciertas conductas para crear espacios, una secuencia de pases para atraer rivales a zonas y liberar espacios en otras para que haya más densidad de espacio de cara a que nuestros jugadores más técnicos tengan capacidad de recibir y situaciones más ventajosas. Otra cosa que trabajamos las semanas que jugamos en casa son los duelos, estar vivos, somos un equipo muy eléctrico. El equipo que venga a O Monte a puntuar tiene que estar muy concentrado los 90 minutos. Fuera de casa a veces jugamos con carrileros, con un rombo en el centro del campo, etc. y somos más combinativos. Si en casa lo hacemos en tres toques, fuera son posesiones más largas.
Precisamente un campo así facilita que un central de 43 años como César brille, ¿no? Además acaba de renovar.
Sí, sí, además tiene cuerda para rato el cabrón (risas). Es un jugador vital en ese tipo de situaciones, de estar concentrado, ayudas en espacios reducidas, etc. Fuera de casa a veces lo arropamos con un tercer central. Busco la manera de que entre y esté cómodo, porque es muy importante.
¿Notaste un mayor tirón de la afición con el buen hacer del equipo durante la temporada?
Había intención por parte del club de levantar eso; y este año, al tener muchos jugadores que entrenan en la base, venían muchos chavales a ver los partidos, eso conllevaba que vinieran sus padres, amigos, abuelos, etc. Creció un poco en ese sentido. Tampoco puede crecer mucho más, porque San Tirso son 900 habitantes, pero al haber incorporado gente joven vino más gente.
Es un sitio idílico para trabajar, estoy muy a gusto
Con 36 años ya estás en Preferente. ¿Cuáles son tus sueños, tus expectativas de futuro como entrenador?
El fútbol me lo planteo como un hobby. Me gusta crecer, evolucionar, y empecé mi formación con el Nivel 3 hace dos años. Me picaba el gusanillo de salir del fútbol base e intentar probar el fútbol modesto. Empecé entrenando en Culleredo en Segunda Autonómica, en un equipo donde yo jugué, sin presión. Cuando no continuo en el Ural, porque piensan que mi ciclo se acabó allí, y yo también creo que estiré en exceso mi ciclo en el fútbol base, me apetecía un proyecto donde plantear un poquito mi forma de entrenar. Creo que tanto el San Tirso como yo nos encontramos en el tiempo, en la situación idónea, porque ellos querían un cambio, meter gente joven, dar un paso dentro del club, y yo necesitaba un contexto como éste, un sitio que me dejara trabajar, apostar por gente joven, que conocía del fútbol base. Es un sitio idílico para trabajar, caí como anillo al dedo para el San Tirso, y el San Tirso cayó como anillo al dedo para mí. Estoy muy a gusto y no pienso más allá de este año, en febrero o marzo me ofrecieron renovar y en cinco minutos lo arreglamos. Ahora mismo estoy feliz aquí y lo único que quiero es estar aquí el máximo tiempo posible.
Y sobre el estilo de juego. ¿Cuál es el que más te gusta?
El que me haga ganar (risas). Tengo mucha fama, no sé el porqué, de ser muy ‘amarrón’ y muy antifútbol, pero bueno, un equipo que marcó 74 goles, yo creo que de ‘amarrón’ no tiene nada. Pero bueno, tengo esa pequeña etiqueta que la arrastro desde hace años, y no me la doy quitado, pero tampoco me preocupa (risas). No es algo que me quite el sueño, ni que me vaya a condicionar. Intento no vender motos, veo a los jugadores, busco confeccionar un equipo, un buen vestuario, tener un poco de todo, y según veo las características de mis jugadores me adapto a ellas, porque pienso que el fútbol es de los jugadores, y lo que quiero es sacar el máximo jugo de ellos, y buscar que ellos estén cómodos en los contextos que yo propongo, para sacar lo mejor de ellos y que les haga ganar. Después... si damos 20 o 30 pases antes de marcar, a mí eso me parece un discurso vacío. El fútbol al final son cuatro fases, la ofensiva, la defensiva, la de cuando recuperas el balón y cuando pierdes el balón. Para jugar bien al fútbol tienes que ser bueno en las cuatro fases. Hay una cosa que es jugar bonito (los caños y las chilenas), pero jugar bien son muchas cosas: defender, atacar bien, robar y transitar, etc.
