Juan Carlos Currás (Vilalba, 10/11/1993) firmó esta temporada por el Sofán tras una etapa de cinco años en el Montañeros. Va camino de convertirse en un clásico del Grupo Norte de Preferente Galicia, categoría que no ha abandonado desde que en el año 2017 logró el ascenso con el San Tirso.
El domingo, ante el Cidade de Ribeira, rubricó el contraataque que completaba la remontada de su equipo. Un gol, que explica así: “La jugada partió por banda derecha con Alexandre. El defensa del Ribeira saltó en vez de quedarse dentro, y entonces Alexandre dio un pase hacia adentro por delante del defensa, recibió Gallego, que me dio el pase y yo, en vez de tirar de primeras, controlé, dejé que el portero se venciera un poco y la empujé”.
En cuanto a sus primeros meses en el conjunto de Carballo, sólo tiene buenas palabras: “Es un club muy acogedor; no había coincidido con ningún compañero anteriormente, pero bueno, conocía a Pablo Torreira, el entrenador, que lo tuve en el San Tirso. Hay gente muy cercana desde el primer día y la verdad es que muy bien, muy contento”.
Ahora el Sofán lleva dos victorias consecutivas, pero en las cuatro primeras jornadas los resultados no llegaban. “Creo que merecíamos algo más que tener dos puntos en cuatro partidos. Por ejemplo, el día del San Tirso, el primer partido, estábamos jugando bastante bien, teniendo ocasiones y nos marcaron en dos jugadas de balón largo. Y bueno, creo que estos dos últimos partidos los merecimos ganar”, explica Currás.
El mediocentro señala que en O Carral, “aunque la intención del cuerpo técnico tampoco es jugar extremadamente directo, hay veces que te ves abocado a jugar en largo si te vienen a apretar arriba, porque si arriesgas es pegarte un tiro en el pie”.
Establece un paralelismo con el campo del San Tirso e incluso con A Grela, señalando como distinto Visma de entre los campos en los que ha jugado. Y eso que a él le gusta el fútbol elaborado. “Parece mentira que vaya buscando los campos más pequeños de la zona”, bromea.
Currás señala el “llegar bien físicamente a los finales de partido” como una de sus fortalezas. Estudiante de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, ahora basa ese aspecto en la base que ya tiene, porque las oposiciones que está preparando le impiden hacer ejercicio más allá de los entrenamientos con su equipo. “Ya no hay tiempo, me consume una cantidad de tiempo tremenda”, enfatiza.
Sobre San Tirso y Montañeros, clubes en los que militó anteriormente, los define como “muy diferentes”.
“En San Tirso llegué siendo súper joven y empecé no jugando. Pero estaba contento, me sentía arropado. Siempre hay gente de la directiva que va a los entrenamientos, en todos los partidos suelen estar todos los de la directiva. Un trato muy cercano. Luego en cuanto empecé a jugar, durante todos los años que estuve allí ya casi no salí del equipo”, rememora.
En cuanto al Montañeros, explica que “siempre hubo plantillas con jugadores muy buenos técnicamente”, pero no “sintió esa sensación de club”, y pone como ejemplo los constantes cambios de estilo con los entrenadores contratados, o el poco contacto con la directiva. “Hubo muchos altibajos deportivos”, resume.
Por último, como objetivo para este año, se marca “acabar en el Top 5”.