El Juvenil A del Deportivo comenzó la temporada con un triunfo frente al Montañeros en el derbi de A Coruña. Los de Manuel Pablo se impusieron por 1-3 en un choque donde se mostraron muy superiores hasta que el equipo local acortó distancias antes del descanso, pero que tuvo una segunda mitad mucho más igualada.
Hay una serie de claves que explican este inicio victorioso y que, si se repiten en el tiempo, acercarán al Dépor a tener una buena temporada.
Los primeros minutos apuntaban a ser los más complicados, ya que pese a la menor calidad que se le presupone al Montañeros era su vuelta a la División de Honor, en casa y ante un equipo de la misma ciudad. Las condiciones perfectas para una salida enérgica que pusiera en aprietos al conjunto blanquiazul.
Pero el Dépor llevaba la lección bien aprendida y tras unos minutos de tanteo se hizo con el control del balón. Y lo que es más importante, hizo daño con él, generando ocasiones y marcando los dos primeros goles antes del minuto veinte de juego.
Buena parte del mérito de ese buen inicio estuvo en el trío de mediocentros formado por Lucas Castro, encargado de todo el balón parado; Zoe, capaz de levantar la admiración de la grada con algún detalle técnico de mucho nivel; y Álvaro Fraga, un jugador que no se complica, cambia bien el sentido del juego y, como demostró en el 0-2, tiene buen disparo lejano.
La nueva camada de extremos del Juvenil A viene comandada por José Rey, que abrió la lata en A Grela y dio bastantes quebraderos de cabeza a su marcador por la banda izquierda. Debe pulir la toma de decisiones en alguna acción, pero tiene las condiciones para ser uno de los jugadores a tener en cuenta.
El hecho de que Rubén Fernández no marcara en su estreno como jugador a todos los efectos del Juvenil A es anecdótico. Hará muchos tantos en próximas jornadas si vuelve a pelearse así entre centrales. También estuvo acertado a la hora de encontrar al compañero libre en jugadas de contraataque. Una buena muestra de que estaba aportando mucho es que no fue sustituido hasta el minuto 86 pese a ir ganando.
El Montañeros tuvo su momento en la segunda parte, rozando el empate en oportunidades de Xenxo. Ahí apareció el guardameta Anxo Regueiro para dar seguridad al Dépor y mostrar buenos reflejos. Hizo un partido muy completo y solo encajó en un zapatazo inapelable de Nico Selvaggio, que le fusiló desde el punto de penalti.