Marta Charle Romero (Soria, 27/02/2000), extremo del Depor Abanca, vive un buen momento tras un inicio de temporada en el que le tocó vivir la cara más amarga del fútbol, con poco protagonismo e incluso encuentros en los que no fue convocada. Le ha dado la vuelta a la situación y afronta su periodo favorito del curso con máxima ilusión.
Victoria bastante cómoda contra el DUX, ¿no?
Sí, la verdad es que sí. En Abegondo no hemos perdido todavía ninguno, así que muy bien.
Cuando vais ganando -por ejemplo la segunda parte del otro día- conseguís que pasen muy pocas cosas en el partido. ¿Es algo que entrenáis?
Sí, trabajamos todas las situaciones. Desde la de estar en bloque bajo sabiendo que el rival va a estar en bloque alto; a la de estar en tres cuartos con el rival hundido. Cuando el resultado es favorable el principal objetivo es no relajarse.
Los datos muestran que en los primeros quince minutos de cada parte sufrís, pero luego sois muy superiores.
Sí, nos los dice a veces Irene. Son los minutos más costosos, porque vienes del calentamiento e igual no te has activado lo suficiente o estás viendo como se da el plantemiento, como juega el rival. Y tras el descanso un poco lo mismo.
¿El pasado domingo desconectaste o estuviste pendiente del Espanyol?
Lo vas siguiendo, porque es el rival más directo que tenemos, pero como no lo pudimos ver al no estar televisado... no estás tan al tanto.
¿Eres de ver mucho fútbol?
Sí, la verdad es que me gusta, cada vez lo veo más.
Os viene ahora una serie de tres partidos complicados: Alavés (F), Alhama (C) y Barça B (F). ¿Cómo lo ves?
Creo que el del Alavés va a costar bastante, porque es un equipo que ha ido creciendo, cada vez juega mejor. En casa son fuertes, como la mayoría de los equipos, pero nosotras también nos hemos vuelto fuertes fuera y no tenemos ningún miedo. Sí que va a costar, porque este bloque que ha sido muy largo implica mucha carga mental y física. No hemos tenido ningún ‘finde’ libre desde Navidades y se va notando, pero tenemos muchas ganas todas. De cara a los otros dos, después del parón la gente viene tras haber estado en sus casas y haber desconectado, y en otras jornadas se ha visto que nos da un ‘subidón’.
¿La mayor razón para creer en el ascenso es la mejoría fuera de casa con respecto a la temporada pasada?
Sí, creo que ese es uno de los puntos que hemos trabajado. Sólo nos ha ganado el Espanyol y eso muestra que estamos haciendo las cosas bien. El año pasado a estas alturas ya habíamos perdido algún partido más, nos habíamos dejados puntos por el camino, y eso nos pesó. Ahora somos más sólidas, cometemos menos errores y encajamos muchos menos goles. El ‘staff’ se ha centrado en aspectos micro, en corregir errores aunque sean mínimos para que no se vuelvan a repetir.
El ‘staff’ se ha centrado en corregir errores aunque sean mínimos
En el parón que se avecina hay dos fines de semana sin competición. ¿Se os va a hacer un poco largo?
Son dos semanas que no sabes si vendrán bien o mal, pero vamos a seguir entrenando con normalidad. Excepto los fines de semana que nos los va a dar libres, porque también entiende que somos todas de un sitio y nos sirve de desconexión. Bromeamos con que cuando volvemos de un fin de semana libre siempre ganamos. Es una muestra de que las cosas funcionan. Ya nos dice Irene que si nos fuéramos a casa y luego no trabajásemos como ella nos pide, no nos daría esa recompensa, pero como cumplimos... la verdad es que no nos preocupa el parón. Además tenemos jugadoras lesionadas y nos viene bien para que regresen.
Los seis primeros partidos empezaste sumando desde el banquillo. ¿Esperabas algo más de protagonismo?
Sí, sabiendo que Irene me conoce y el año pasado hice una temporada normal, en la que tuve bastantes minutos, me chocó bastante que en las primeras jornadas no contara conmigo de la misma manera. Tuve un rol diferente, que nunca había tenido, llegando incluso a estar desconvocada o que no contara conmigo para poder aportar en ciertas acciones del partido. Pero bueno, eso me ha hecho aprender bastante y saber valorar los minutos que estoy teniendo. Hablé con ella y supe lo que me pedía a la hora de entrenar y jugar.
Es que luego llegaron cuatro partidos sin ninguna participación. ¿Qué te pedía en esos momentos la entrenadora?
Me pedía que estuviera más conectada al juego. Que tenía que saber interpretar las situaciones de juego de una mejor manera, más conectada con el equipo. Esto me lo pide porque estamos ahí arriba y no es una categoría en la que no me puedan exigir. Me dijo que cuando diera lo que otras jugadoras sí estaban aportando iba a estar ahí, que cuando lo mereciera tendría mi oportunidad. Y después de esos cuatro partidos, que es verdad que mentalmente es una ‘mierda’, algo que estaba viviendo por primera vez, tras ese momento en el que he seguido trabajando con la ayuda de familia y amigos, empecé a jugar, me dio oportunidades y he podido demostrar algunas cosas que sabía que necesitaba de mí. Y también cosas que me salen de forma innata o natural. Y eso es lo que ha hecho que lleve cinco partidos seguidos de titular.
Irene me pidió que estuviera más conectada al juego
Tu primera titularidad fue ante el Athletic B, luego dos sin jugar nada y ya sí esas titularidades consecutivas.
Sí. En el primero de esos cinco, contra el Madrid CFF B, disfruté muchísimo jugando, me sentí yo misma. Así me siento mucho mejor que cuando juego con mucha presión y con falta de confianza, que es algo que me impide disfrutar. Luego llegaron los otros cuatro y espero (ríe) que siga así hasta que ella considere o crea que no estoy al 100%.
¿Esos momentos de falta de confianza te llegaron durante la temporada pasada?
El año pasado no tenía tanta falta de confianza porque no analizaba las cosas como ahora. Yo creo que a medida que vamos creciendo analizamos las cosas mucho más y nos creemos lo que nuestra cabeza nos dice. Eso tengo que saber gestionarlo y preguntarme que me pide la entrenadora, que puedo aportar, que me ha hecho llegar hasta aquí, etc.
¿Consideras que el otro día ante el DUX -con la asistencia- fue tu mejor partido en el presente curso?
Diría que sí. En otros partidos que he sido titular no he estado de diez, pero sé que algunas cosas que no he sabido hacer bien las tengo en cuenta para el siguiente partido. Jugando, porque es como realmente me puedo dar cuenta de lo que estoy haciendo bien y mal. Si no me da la oportunidad o la tengo y no la aprovecho porque son pocos minutos, si al siguiente no me saca no voy a poder demostrar que lo puedo hacer bien, pero si te da la oportunidad de ser titular tantos partidos es que te lo está dejando ahí para que lo cojas.
¿Qué grado de satisfacción tienes con tu temporada?
Me pondría un 5-6. Si hablamos de últimamente diría un 7. Soy una persona que me exijo bastante pero nunca me olvido de disfrutar. Cuando empiezo a exigirme y no disfruto no me sale bien. He ido de menos a más, porque empecé bastante mal y de moral también mal, porque no sabía gestionarlo, pero nunca he dejado de insistir y querer demostrar en los entrenamientos. Ahora diría 6-7 y creo que voy a subir más, porque estoy confiando en mí, sirve de motivación saber que estas primero y eres el mejor equipo de la categoría, y que te están dando minutos en ese equipo. Y también esta época de a partir de febrero me gusta mucho, porque son los últimos meses, cada partido es una final, no lo ves tan lejos. Tienes la motivación de que si acabas bien tienes el premio del ascenso, independientemente de lo que venga después.
Soy una persona que me exijo bastante, pero nunca me olvido de disfrutar
¿Cómo estás viendo a Lucía Rivas, que juega en la misma posición que tú?
Es una gran compañera. Tiene 16 años, mucha progresión y me alegro de que le estén dando minutos en el A. Está entrenando muy bien y cuando entra se nota, porque es muy vertical, de las jugadoras más rápidas. Entre los 16 y los 23-24 hay diferencia de desarrollo y cuando tenga más fuerza... Hay que darle continuidad, lo está haciendo muy bien. Cada vez que entra lo deja todo. La animo muchísimo, estamos en un deporte colectivo y no hay que ser egoísta.
Antes de llegar al Depor estuviste primero en Nuestra Señora del Belén. ¿Qué recuerdos guardas?
Fue una experiencia muy guay, mi primer equipo femenino. Pero también la paliza que nos pegábamos mi padre y yo yendo era ‘chiquita’, porque nos hacíamos tres días a la semana con él conduciendo y yo le daba la ‘tabarra’ con las asignaturas del colegio. Disfrutábamos mucho yendo, yo tenía mucha ilusión. Allí jugaba todo y me sentía muy bien, marcaba goles, daba asistencias, corría muchísimo. Tenía 16-17 años y disfrutando mucho de estar todo el día con mi padre de ‘aquí para allá’.
Y luego el Parquesol.
Sí, me dieron la oportunidad de firmar allí. Los contratos no eran como ahora, que tienes tu representante y es más fácil. Antes no veías el contrato hasta que estabas allí y te lo enseñaban en persona. Me dijeron si quería ir a hacer 2º de Bachillerato allí y estar en una residencia de deportistas, me ponían muy fácil todo, y decidí que sí, que iba a ir, porque también el estar fuera de casa me iba a hacer madurar, sin tener dependencia de mis padres. Fueron cinco años, algunos he estado mejor que otros; a veces más a los estudios y otras más al fútbol. El último año estuve muy bien y fue lo que me hizo llegar al Depor, que me ha entrado por los ojos de primeras (ríe).
¿Qué estudias? ¿O ya has terminado?
Sí, acabé CCAFyD, y ahora he terminado el Máster en Formación del Profesorado en Educación Física. Me voy a presentar a las oposiciones cuando pueda.
Llevas muchos años en la categoría de plata. ¿Qué significaría para tí jugar los partidos que restan, ascender y seguir en Depor en Primera?
(Ríe). Pues el sueño desde que llevo jugando al fútbol, desde pequeña. Ascender a Primera y debutar es mi sueño, una pasada. Lograr un ascenso tú misma también es una satisfacción personal que nadie te la quita. Ese año ascendiste tú. Como nos decía el otro día Juan Carlos (Aguiar) -el entrenador de porteras- “las que ascendisteis sois vosotras, no las que vengan después” y es verdad, se quedaría toda la vida marcado. Lo tenemos que coger ahora con ganas, que queda poco, tirar unas de otras y que eso se contagie porque lo tenemos ahí.