El Silva 2025-26 tiene en portería a los hermanos Martínez Loureiro. Bugy y Minibugy. Una pareja con lazos de sangre que solo había cruzado caminos hace tiempo en el Bergantiños, pero con el más pequeño aún en etapa juvenil. Entonces compartieron alguna convocatoria, pero ahora lo harán una y otra vez durante todo el curso.

David Martínez ‘Bugy’ acaba de ser padre y dudaba si alargar su etapa como jugador tras una temporada en la que disputó diez encuentros con el Silva, pero la posible incorporación de su hermano, Gabriel Martínez ‘Minibugy’ contribuyó a que afronte con gran ilusión el que, ahora sí, puede ser su último año.

Ambos coinciden en que tienen por delante una temporada especial y que todo va a ir bien. “Tenemos buena relación. Siempre nos damos opiniones cuando vemos los partidos del otro. Y si discutimos, somos hermanos. Como se suele decir: queda todo en casa”, explica Bugy.

A sus 32 años, tras una larga trayectoria que le ha llevado por más de diez equipos, Bugy asume —y por sus palabras desea— que el rol protagonista va a ser para su hermano. “Voy a dar el 100% como siempre en cada entrenamiento, pero soy realista, quien va a jugar es él, salvo lesión o inconveniente. Y ojalá lo haga bien, porque se lo merece. Tiene unas condiciones brutales y le toca disfrutar de una temporada normal”.

Lo cierto es que es así, pues Minibugy, de 25 años, viene de un último año difícil tras cursos en los que fue indiscutible en Preferente o Tercera RFEF —Dubra y Paiosaco—, algo que le permitió ganar la Copa de Regiones de la UEFA con la selección gallega de fútbol aficionado. Un curso complicado en el Polvorín que se explica desde una lesión del tendón de Aquiles que solo le permitió jugar cinco partidos en el tramo final de la Liga.

Ahora, con ganas de empezar, muestra ambición. “Espero cumplir el objetivo del Silva todos los años, que es mantener una buena posición y salvarse holgadamente. Y si se puede mirar hacia arriba, mejor que mejor. Pensar en objetivos mayores es difícil de primeras, porque somos un club humilde, pero nunca se sabe. Este año tenemos el ejemplo del Noia, que siendo un recién ascendido se metió en playoff”, apunta Minibugy.

Llegado a este punto, el lector se preguntará de dónde viene el mote que, con la obvia variación, comparten. Solo el mayor tiene una ligera idea: “Empecé a jugar en las escuelas Luis Calvo y un entrenador me empezó a llamar así. Como estaba un poco gordito, entiendo que era porque en aquel momento se llamaban así unas salchichas de Oscar Mayer. Pero realmente, no lo sé al 100%. En aquel momento no me gustaba, pero me fui acostumbrando y ahora lo que me parece raro es que me llamen David. Si me lo llaman mis padres, algo hice mal...”, comenta Bugy entre risas.

Al revés de lo esperado

Uno de los detalles curiosos que deja la historia de estos dos hermanos es que fue el pequeño quien inspiró a Bugy para ser portero. “Yo empecé desde muy pequeño. Él, sin embargo, lo hizo cuando yo era cadete porque le gustó verme jugar”, explica Minibugy, algo que confirma el mayor.

“Siempre quise ser portero, pero me pasó lo típico que te dicen que ahí juegan menos, por lo que hasta cadetes estuve siempre de central o lateral. Ahí ya sí que les insistí a mis padres que quería cambiar”, apuntilla Bugy.

Entonces era su mayor fan y ahora no deja de creer en sus condiciones. “Mide más de 1.90, por lo que domina el juego áereo perfectamente y A Grela le va a venir al pelo. Después, a pesar de ser un portero alto, es muy ágil y tiene buenos reflejos. Y en el juego con los pies tiene mucha confianza. Su personalidad es brutal, algo que le beneficia y le perjudica. Pero cuando la lía, ahí estoy yo para hacer de hermano mayor. Creo que es el portero ideal para el Silva”, recalca Bugy.

La estatura es quizá el hándicap de este último, pero su hermano también lo describe como un guardameta de plenas garantías: “Domina todas las facetas del juego”.

Desde el lunes empezarán a trabajar con la vista puesta en una temporada que, para el Silva, arranca el primer fin de semana de septiembre en el campo del Arosa. Lo que es seguro es que bajo palos estará uno de los hermanos.