Costó algo más que el curso pasado, en el que arrasaron en Tercera Futgal, pero el Sporting Coruñés no ha detenido su crecimiento y a partir de septiembre jugará en Primera. La combinación de jugadores de Monte Alto —no es posible entender el club sin este barrio— con un nutrido grupo de chavales llegados desde las categorías inferiores del Calasanz es una fórmula ganadora. Siempre con un esquema de tres centrales y dos carrileros que aportan verticalidad, el pasado jueves cerraron el ascenso con un triunfo ante CD Ciudad. “Ha sido un fin de semana largo”, bromea uno de los once protagonistas que saborean el presente y se ilusionan con lo que está por venir.
El portero Jano López jugaba hace tres años y medio en el Victoria. Entonces detuvo un penalti que les aseguró la posibilidad de jugar un partido de Copa del Rey en Riazor contra el Villarreal. Solo unos meses después ganó la Copa de A Coruña con las ‘cebras’, pero entonces tomó la decisión. Se despidió de Preferente y se sumó a un Sporting Coruñés que tenía la exigencia de salir de una Tercera Futgal a la que, doce meses atrás, había caído por primera vez en mucho tiempo condenado por una carambola de arrastres.
“No me puedo quejar de todas las cosas que he vivido con el fútbol, pero estos dos ascensos han sido realmente especiales para mí. Más que compañeros, somos todos amigos, y eso convierte todos los pasos que damos en algo que vamos a recordar durante mucho tiempo”, apunta.
No lleva mucho tiempo en el club, pero es el capitán. “No deja de ser algo simbólico, pero me reconforta mucho que mis compañeros me vean con la capacidad de aportarles algo útil a ese nivel”, valora.
Y tras dos ascensos, ¿ahora qué? “Hay que ser cauteloso, pero habría contestado lo mismo el año pasado a estas alturas. Si seguimos remando en la misma dirección, la capacidad de este grupo es increíble. Sabemos que tendremos que trabajar muy duro para adaptarnos a Primera, pero no descartamos nada”, contesta.
Otro de su quinta, de 1997, es Rubén González, un central que no tiene ojos para otro club. “La última vez que el Sporting estuvo en Primera yo era juvenil y Fernando, el míster que teníamos entonces, me dio la oportunidad de debutar. Llevo toda mi vida jugando aquí y, si no ha sido la mejor, es de las mejores cosas que me han pasado en el fútbol. Ascender con el equipo de tu vida no tiene precio, ni le cabe ningún calificativo”, asegura el segundo capitán.
“El rendimiento del equipo ha sido de sobresaliente. Hemos tenido dificultades en forma de lesiones y nadie ha dejado de ayudar en lo que podía. Es un éxito también para el barrio, ya que nos sumamos a Orillamar —si no asciende a Preferente—, Marte y Torre”, agrega el zaguero.
El tercer capitán es Andrés Becerra, quien no se ha cansado de subir la banda derecha durante todo el curso. Tampoco de marcar, con la nada desdeñable cifra de once goles en 27 partidos. “Hubo un primer toque de atención tras las primeras cinco jornadas, que las ganamos todas. Nos hizo ver que teníamos que apretar y subir el nivel para lograr el objetivo del ascenso. Lo conseguimos y enlazamos otra gran racha. Y justo después, en el mismo tramo de la primera vuelta, quizá también por los rivales, se nos volvió a atragantar. Entramos en un mal momento a nivel de juego, pero supimos reponernos”, dice a modo de lectura de la temporada.
Becerra apuesta por dar continuidad a la plantilla: “Conozco el máximo nivel de mis compañeros y vamos a competir contra cualquier rival. Lo más importante es encontrar lo mejor de cada uno”.
A veces eso no solo pasa por lo que se ve en el campo. Él, como preparador físico, puede aportar fuera, y un buen ejemplo es el trabajo que hizo con su compañero Xosé Mexuto, inédito hasta la 29ª jornada por una lesión en el isquiotibial que llevaba tiempo lastrándole. “Ya le dio la lata la temporada pasada en el Victoria y este año se rompió en pretemporada. Hablamos un día, le dije que tenía que curarlo bien y estuvo entrenando conmigo desde noviembre dos o tres días a la semana. Ahora está siendo diferencial, hemos ganado mucho en defensa y ataque con él por banda izquierda”, explica.
“Tras romperme por tercera vez, acudí a tres fisios distintos en los que las ecografías me decían que estaba recuperado, pero en el campo aún sentía dolor y molestia. Hasta que me puse a entrenar con Andrés. Ya me había hecho a la idea de que iba a ser difícil jugar sin dolor, pero con trabajo constante se consiguió esa recuperación”, valora, por su parte, Xosé. “He vuelto mejor de lo esperado, con gol y asistencia en apenas 200 minutos, así que contento y con ganas de prepararme bien para la temporada que viene”, añade el excanterano del Deportivo.
En lo que coinciden todos los miembros de la plantilla es en que ha sido un año especial. “Va a ser uno de mis mejores recuerdos en el fútbol. A nivel competitivo no ha sido la mejor ni la peor, pero es por el hecho de poder competir con mis mejores amigos”, comenta el central Hugo Parrado, uno de los ex del Calasanz.
Ahí coincidió, entre otros, con Jorge de Pedro. “Nos convenció la cercanía que tuvieron con nosotros, aparte de tener conocidos que nos hablaron muy bien del club. A pesar de tener ofertas de otros clubs, nos decantamos por este por el proyecto ambicioso que se estaba formando”, enfatiza el centrocampista.
También jugó en el ‘Cala’ uno de los pulmones del equipo, Miguel Fernández, que es quien más minutos ha estado sobre el campo este curso. “Creo que la exigencia que he tenido en las Ligas que he jugado me permiten tener una base para encontrarme ahora muy bien. Además, me gusta ir dos o tres veces por semana al gimnasio y trabajar tanto la movilidad como la fuerza”, da como clave de su rendimiento.
Y la parcela atacante no se podría entender sin otro ex, un Jano Vázquez Naya que es el pichichi de la Liga con 22 goles. Pese a ello, no pierde el sentido crítico. “Pensaba que lo íbamos a hacer incluso mejor, pero las bajas se notaron. Individualmente, también esperaba algo más, aunque es cierto que la lesión a mitad de temporada me perjudicó un poco”, reflexiona el extremo, que confía mucho en su fútbol. “Me tendría que adaptar al ritmo y a la categoría, pero creo que podría estar en Tercera RFEF”, asegura. Una respuesta que lleva implícita lo a gusto que está en el Sporting.
Le acompaña en la delantera Javi Garabito, que espera aportar en Primera su experiencia al ser el jugador más veterano —”si se mantiene el grupo, el nivel es más que suficiente para quedar en la mitad alta de la clasificación—”. También Agus Ávila —"es difícil ver en estas categorías tanta unión, siempre se pueden ver malos gestos y jugadores que ponen por delante el ego"— y Miguel García —"destacaría el buen entorno que rodea al equipo, en ningun momento hubo presión ni exigencias"— que hacen referencia al concepto de familia y a la confianza plena en el proyecto.