El fichaje de Ibai Gómez como nuevo entrenador del FC Andorra ha traído consigo una conexión directa con el Deportivo que va más allá de los recuerdos, escasos, del técnico vasco como jugador blanquiazul en Riazor. En su cuerpo técnico se incorpora también Daniel Soriano, nutricionista de una gran cartera de futbolistas profesionales y, además, hermano del jugador deportivista Mario Soriano.
Daniel no es solo un nombre más en el organigrama del Andorra. Es el responsable del cuidado y la optimización de la nutrición para mejorar el rendimiento de varios futbolistas profesionales de primer nivel, como Pablo Barrios (Atlético de Madrid), Erik Lamela (AEK) o los propios jugadores del Dépor Henar y Rafa Obrador. Su método, tan riguroso como llamativo, ha captado la atención de muchos deportistas que buscan mejorar a través de hábitos de vida y alimentación que van más allá del campo.
Pero si hay una historia que conecta el corazón de Daniel con el fútbol, es su vínculo con su hermano Mario. Hace unos meses, en las páginas del DXT Campeón, Daniel firmó un emotivo artículo en el que confesaba que Mario es "mucho más que un hermano, es su mejor amigo, su ídolo, su inspiración diaria". Relata con pasión su implicación en cada día de partido, su rutina conjunta de activación, baños en el mar, terapia de luz roja o cómo compartían cada detalle como si el propio Daniel fuese quien iba a salir al campo de Riazor.
Su trabajo con Mario ha sido tan meticuloso que lo ha convertido, como él mismo reconoce, en su “conejillo de indias”. Con él ha experimentado nuevas técnicas, ha probado protocolos y ha visto los resultados reflejados sobre el césped. Un camino de esfuerzo compartido que tiene su recompensa.
La llegada al FC Andorra supone un paso adelante en la carrera de un profesional autodidacta, apasionado y comprometido, que no solo acompaña a su hermano en el día a día, sino que ya forma parte del engranaje técnico de un equipo de LaLiga Hypermotion. Y lo hace con un sello propio, con una ética basada en el cuidado integral del deportista y una sensibilidad única para entender qué necesita cada jugador.