Yulenmis Aguilar (3 de agosto de 1996, Bayamo, Cuba) es una de las personas más felices sobre la faz de la tierra tras escuchar, en la mañana de ayer, que su nombre está en la selección española para los Juegos Olímpicos de París. Desde hace tres años reside en Oleiros, donde se puso a las órdenes del veterano técnico y presidente del Escuela de Lanzadores de A Coruña Raimundo Fernández.
¿Cómo está?
Ya pasó la emoción de recibir la noticia. Me lo comunicaron cuando estaba entrenando, así que todo bien. Después, continué trabajando.
¿Qué supone para usted ser olímpica como española?
Desde que llegué aquí era mi gran sueño. Se complicó un poco en la última parte de la temporada, a partir de la lesión. Estábamos un poco en el aire. Estoy muy agradecida.
¿Tenía dudas de no poder ir por culpa de esa lesión?
La verdad es que sí. Yo había cumplido con todos los criterios que exigían. Estaba clasificada por ránking, tenía la mínima de la Real Federación Española de Atletismo, por lo que había un gran porcentaje de que estuviera, pero aun así tenía esa inseguridad de que si era seleccionable o no. Eso dependía del seleccionador.
Mi entrenador y mi madre son las personas a las que les agradezco todo porque nunca me han dejado caer emocionalmente
Una vez conseguido el objetivo, ¿de quién se acuerda?
Primero de mi entrenador (Raimundo Fernández, presidente del Escuela de Lanzadores de A Coruña). Ha sido la persona que ha estado conmigo en las buenas, en las malas y en las peores. Cada entreno me ha servido como fisio, como psicólogo... También me acuerdo de mi madre. Anoche le decía que no iba y me decía que sí que iba a ir porque había trabajado mucho para ir. Mi entrenador y mi madre son las personas a las que les agradezco todo porque nunca me han dejado caer emocionalmente.
Los dos son figuras importantes para cuidar su salud mental.
Exacto. Hubo un momento, hace un mes o así, que dije que no podía seguir. Estuve con una depresión terrible después del Mitin de Huelva. Estuve un mes y medio llegando a entrenar sin ganas de entrenar ni de lanzar la jabalina. Hemos salido poco a poco gracias a mi equipo y a mi madre. Ellos han estado ahí todo el tiempo, cada día y cada segundo para decirme que si que se podía. Al final, se pudo incluso cuando yo pensaba que no.
Al final, la parte mental pesa mucho más que la parte física.
Eso me lo he demostrado esta temporada. Cuando me lesioné dije que no iba a poder seguir. Empecé a rendir, a hacer mis parámetros todos superbien, para que decir lo contrario, pero no rendí en las competiciones porque mi cabeza no estaba bien. Si la cabeza no está bien, no funciona el resto del cuerpo. Es la que maneja todo.
¿Qué papel desempeñó tuvo su club, el Valencia, y la Escuela de Lanzadores de A Coruña para superar esos momentos y poder recuperarse mentalmente?
La Escuela es mi familia en España. Es todo mi equipo que me lleva todos los días y me da ese empujón en cada entrenamiento o en cada situación. Al Valencia le debo, en gran medida, que mi nacionalidad haya salido. Estoy muy agradecida por el apoyo de su presidente, Rafa Blanquer.
Todo ese esfuerzo de su equipo y el suyo propio le llevó a ser campeona de España. ¿Era algo que se imaginaba?
Estar entre los mejores del mundo no se consigue sola. Hay muchas personas detrás. Es cierto que el trabajo del entrenador, del médico y del atleta es el más importante, pero todas las personas que hay detrás apoyando y empujando tienen mucho mérito. Yo me veía campeona de España, pero hasta hoy no lo he podido disfrutar. Me veía campeona porque, sin menospreciar a mis rivales, estoy un nivel por encima. El Campeonato de España bien, pero hasta hoy no lo he podido disfrutar porque ir a los Juegos era mi gran sueño.
Ser campeona nacional está bien, pero representar a tu país es otro nivel
Poder ir a los Juegos es algo casi único porque es cada cuatro años, mientras que Campeonatos de España hay bastantes más.
Claro. Además, se puede dar el caso de ser campeona de España, pero no ir a los Juegos Olímpicos. Para todos los atletas que tienen x nivel ganar un Campeonato Nacional está bien, pero representar a la selección y a tu país es otro nivel.
Durante los recientes Campeonatos de España [donde se proclamó vencedora con enorme autoridad] tenía un vendaje aparatoso en el hombro. ¿Cuánto le afectó esa lesión a la hora de lanzar?
Fue por seguridad. El hombro va mucho mejor. Uno de los requisitos para participar en los Juegos era ser campeona de España. Era uno de los tantos que exigía la Federación, por lo que tenía que estar allí sí o sí. Más que en el momento del campeonato, que apenas tuve dolor al lanzar, fue en los dos meses anteriores que no pude trabajar por culpa de la lesión.
¿Qué plan seguirá para volver a estar al cien por cien?
El objetivo es ir directamente a París. Esta sábado voy a Portugal por un compromiso, pero voy a dejar aparcadas el resto de competiciones que tenía en Europa. Necesito entrenar y recuperar mi mejor nivel. Tengo que trabajar durante este mes.
Tengo que estar en mi mejor nivel para poder estar en la final olímpica
¿Qué se espera encontrar en París?
A nivel competitivo, me espero encontrar con rivales muy fuertes. Como dije en abril, para estar en las medallas tengo que lanzar, como poco, 65 metros. Tengo que estar en mi mejor nivel para poder estar en la final. Esa es la realidad. A nivel personal, siempre me exijo mucho y voy a seguir trabajando para seguir vistiendo la camiseta española como se merece. Quiero darle muchas alegrías a España. Es el objetivo por el que entreno.
Es la primera española en jabalina desde los Juegos Olímpicos de Pekín 2008. ¿Es una motivación extra?
Me acabo de enterar por ti. Pero sí que es una motivación extra, pero sin poner la vara alta. Trabajaré para estar en mi mejor momento en París.
Hay que buscar un equilibrio entre las expectativas propias y lo que luego puede suceder.
Creo que esta última parte de la temporada me ha demostrado que las expectativas más importantes son las que pone una y no la prensa. Me he dejado llevar por ese tipo de expectativas y no ha salido bien. Ahora es hora de cambiar y dejarme llevar por el trabajo y por la realidad del día a día.
¿Va a llevar a Raimundo a París para seguir ejerciendo como esa figura paterna?
Más que figura paterna, quiero que esté como entrenador. Tengo la novena mejor marca del mundo actual y creo que la selección debería tener en cuenta que cada vez que estoy con él rindo. Si nos vamos con días de antelación, lo voy a necesitar. Todos saben lo importante que es el entrenador a nivel emocional a la hora de gestionar una competición. Yo espero que la Federación lo tenga en cuenta y que no pase como en Roma, que no estuvo, y esté conmigo en París. Además, siendo la única representante de jabalina que va a estar en los Juegos, pienso que deberían tenerlo en cuenta para que esté.
La última vez que hablamos tenía el sueño de representar a España. Lo ha conseguido. ¿Con qué sueña ahora?
Con disfrutar el proceso de este mes. Disfrutarlo mucho y trabajar. Una vez allí, pues que salga lo que tenga que salir. Es la verdad. Yo no voy a ponerme expectativas. Voy a disfrutar de este tiempo.