Sólo podía quedar uno. Y ese uno fue el Leyma Basquet Coruña, que se anotó su octava victoria consecutiva y enterró la de seis triunfos encadenados del Lleida... y los posibles fantasmas de la derrota en la Copa Princesa. 

Arrancó bien el subcampeón copero, con un parcial de 0-5 y forzando malos tiros del conjunto local, cuyo técnico, Gerard Encuentra, llenó su mitad del campo de trampas, de defensas cambiantes.

Pese a ello, la paciencia y el orden –que no el acierto, escaso en el acto inaugural– mantuvieron al Leyma por delante. Un libre convertido por Diagne le dio una renta de 8 tantos (9-17), que el cuadro catalán redujo  con un parcial final de 5-0, cerrado con triple del excapitán naranja Javi Vega.

Otro parcial de salida del mismo calibre, con todos los puntos de Arroyo, llevó a Diego Epifanio a parar el partido a los 33 segundos del segundo cuarto. El despertador reactivó a lo suyos, que, en unos minutos de juego bastante revuelto, impusieron su orden y devolvieron el 10-0 punto por punto.

Turno de poner calma para Encuentra. Y parcial de vuelta de 6-1, con otro ex del Leyma, Matulionis, al rescate. Y nuevo tirmpo muerto de Epi. En esta ocasión no hubo parcial ganador, sino un puntual intercambio de canastas. Lundqvist, tras cruzar la pista en apenas 4 segundos, mandó el duelo al punto y aparte con un triple de margen (37-40).

Una primera mitad donde los máximos anotadores de cada equipo, Hasbrouck y Barrueta no anotaron. El escolta estadounidense falló los 6 lanzamientos que intentó, el doble que ‘el Papi’. Ambos serían protagonista más tarde.

Tras el paso por vestuarios el Leyma salió sin cadena: parcial de 0-10 en 3 minutos perfectos a los dos lados de la pista. Encuentra paró el partido, pero no detuvo la hemorragia y el Leyma alcanzó la que sería su máxima renta  (37-52).

Sí la frenó, en parte, un claro endurecimiento de su defensa. Y el despertar de Hasbrouck. Y la presión de un Barris Nord rozando el lleno. Y de Encuentra a los colegiados, que no dudaron en castigar el exceso de intensidad local.

Dos libres de Diagne, tras antideportiva de Matulionis, mandó el duelo de rachas al último asalto con dos canastas de margen (55-61), con Hasbrouck renacido y con Barrueta desaparecido en combate.

Intercambio de triples, Matulionis y Aleix Font, en un inicio de cuarto periodo donde se vio al Lleida muy acelerado y lanzando demasiado desde el arco (acabaría intentando 39 triples, de los que sólo pasó por el aro 9).

El Leyma, en cambio, siguió a lo suyo: calma y orden. Así mantuvo su renta, durante muchos minutos, entre los 6 y los 8 puntos. Con Lundqvist y Barrueta en el banquillo. El sueco entraría al rectángulo a falta de 2:35 (68-74). El caribeño lo haría 17 segundos después. Para matar el partido. Primero, con una bandeja tras un corte perfecto a canasta. Luego, con un triple (72-82) a falta de 60 segundos para el final.

Un minuto que se le hizo eterno a los de Epi, que tal vez cantaron victoria antes de tiempo. El Lleida creyó. Y se puso a rebufo (81-84) con 16 segundos por jugar. Huskic perdió el balón en saque de banda y el Leyma mandó al 4.60 a Lobo, que llevaba un impecable 6 de 6. Peró erró el primero, tiró a fallar el segundo, Burjanadze cazó el rebote y sentenció con otro acierto sin barrera.

Un triunfo de jerarquía, de mucho carácter, pasa seguir arriba y enjugar la pequeña decepción copera.